[sg_popup id=»23″ event=»onload»][/sg_popup]Ubicada en la comunidad de Tzinacantepec, aproximadamente a 15 minutos de la cabecera de Tlatlauquitepec, se encuentra una de las cuevas que más misterio y atracción ofrecen a los habitantes y turistas, cuenta con una columna de piedra en la parte media, misma que da la impresión de fungir como pilar.

Al interior se pueden advertir la presencia de murciélagos, el olor a guano es lo primero que se percibe, posteriormente se pueden escuchar movimientos y chillidos que nos indican su ubicación. La cueva es de forma circular al piso y conforme va tomando altura se va cerrando, haciendo una forma de cono, con una salida que se encuentra en la cima del pequeño cerro. La entrada común es la lateral y es de muy fácil acceso y se encuentra rodeada por flora y fauna local como ardillas, aves, zorros, árboles y helechos.

Cuenta una leyenda que en días de Semana Santa, para ser más exactos, desde el Jueves Santo y hasta el Sábado de Gloria, por las noches, se escuchan voces provenientes del pequeño interior de la cueva, voces que generan eco y erizan la piel, pues una de ellas es muy tétrica, las voces se desvanecen por el trinar de las aves al momento de despuntar el alba el Domingo de Resurrección. Otra más refiere que ahí es un lugar que las ánimas deben transitar en su camino al más allá.

Entres muchas leyendas que rodean el misticismo de este lugar, sin duda lo debes conocer, solo te pedimos lo cuides, pues es parte del patrimonio natural de Tlatlauquitepec, Pueblo Mágico.