De la totalidad de partidos que conforman al Frente Ciudadano por México, el que recientemente ha dado más de qué hablar es el PAN y no por sus buenas prácticas y sus virtudes.

Para empezar, ¿qué tiene de ciudadano el dichoso frente? Está conformado por algunos de los políticos de colmillo más retorcido y muchos de sus adeptos intentarán que la selección de sus candidatos, no sea basada en una vía democrática, sino a través de negociaciones de grupos políticos distintos, lo cual parecerá más una repartición de botín.

Por un lado, a través de prácticas autoritarias como Presidente del PAN, Ricardo Anaya ha logrado dividir a su partido, segregando a los Calderonistas y amenazando con expulsar, a todo cuanto legislador de su bancada se mostrara en contra de sus decisiones.

Es increíble que, por su necedad de ser Juez y parte dentro del proceso de selección para la candidatura a la elección presidencial, Anaya logró que Margarita Zavala renunciara al partido del que ha sido parte durante toda su vida y por el cual, fue primera dama y su esposo primer mandatario de nuestra nación (ojo, mandatario por ejercer el mandato público, no de mandar).

Ricardo Anaya, es sin duda una persona muy zagas, pero para lo malo. En septiembre, con tal de desviar la atención lejos de las corruptelas que realizó a través de parientes, fue capaz de extorsionar al sistema, a través de condicionar la instalación de la Mesa Directiva en la Cámara de Diputados y con ello que resultara imposible la presentación del paquete económico. Todo ello, con la supuesta intención de impedir el pase directo del Procurador General a ser nombrado Fiscal General, situación que ya había sido objeto de una iniciativa de reforma proveniente de Los Pinos. Es decir que, Anaya puso sus intereses por encima de los de la nación, poniendo en riesgo la estabilidad económica de nuestro país, usándola como rehén.

Por otro lado, siguiendo las prácticas del mismísimo AMLO, Margarita dijo “si no voy yo por ustedes, no voy con ustedes” y prefirió irse por la vía “independiente”. La pregunta es, ¿qué tan independiente puede ser una persona que ha sido adicta a un partido durante toda su vida?

Miguel Mancera y Rafael Moreno Valle, tienen posiciones similares. En diferentes entrevistas se han manifestado por estar a favor de que se realice una elección abierta para decidir al candidato del frente e incluso afirman que apoyarán al frente, aun cuando ellos no sean los elegidos.

Los demás partidos y suspirantes del frente, simplemente están a la expectativa, para ver que negocian. El pastel es más grande que nunca y todos quieren un pedazo, aunque no sea la rebanada más grande.

Lo cierto es que, al supuesto Frente Ciudadano, lo encuentro inestable y eso es resultado de querer juntar al agua con el aceite, de dejarse llevar más por intereses que por ideales, por buscar al poder por el poder, justificando los medios con el fin y, finalmente, por verse en la imposibilidad de competir en la elección por sus propios medios políticos.

“Todo idealismo frente a la necesidad es un engaño” y ante su necesidad de votos, los partidos del Frente le han dado la razón a Nietzsche.