Nos encontramos dentro del marco de la cuarta ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, misma que está teniendo lugar, a partir del día once y hasta el día diecisiete de octubre de dos mil diecisiete, en uno de mis lugares predilectos, Washington D.C.

Y aún cuando dicha negociación llegué a parecer distante, e incluso intrascendente para nuestra realidad en la región Nororiental del Estado, lo cierto es que las decisiones que ahí se discuten, afectarán la vida económica de nuestros municipios, en formas inimaginables. Al caso en concreto nos ocuparemos de la industria textil.

De acuerdo a la “Estadísticas a propósito de la Industria del Vestido. 2011” emitida por INEGI, el Estado de Puebla aportaba el 8.5% de la producción nacional de prendas de vestir, mismo del cual, el 29.2% de la producción, era fabricado en Teziutlán, lo cual se traduce en que a Teziutlán le correspondía el 2.5% de la producción nacional de prendas de vestir.

Es de todos conocido que la industria textil en la región, es uno de los motores económicos más importantes, así como el hecho de que, una de las bases en que se sostiene la industria de la manufactura en la región, en Puebla y en México, consiste en la calidad y el precio accesible de la mano de obra, que nos permiten ofrecer precios competitivos en el mercado.

Sin embargo, no podemos inadvertir que, el aumento en los salarios por mano de obra en México, es uno de los objetos de discusión, más relevantes dentro de la actual renegociación y específicamente, dentro la cuarta ronda que actualmente se está llevando a cabo.

De acuerdo a BBC Mundo, tanto Canadá como Estados Unidos, promueven en el nuevo TLCAN, un incremento en los salarios mexicanos, mismos que, en la industria maquiladora rondan un promedio nacional de $2.36 dólares por hora, en comparación con los $26.19 dólares que se pagan en Estados Unidos, de acuerdo a estudios del Departamento del Trabajo de los Estados Unidos.

La abismal diferencia repercute directamente en otras cuestiones, como el de la migración de mexicanos a los Estados Unidos y la supuesta fuga de manufacturas de Estados Unidos a México.

Hay que tomar en cuenta que, un aumento en los salarios por manufactura, se realizaría de forma generalizada, es decir que, no sólo los exportadores se verían en la obligación de aumentar los salarios, sino que también aquellos que no exportan su producción lo tendrían que aplicar.

Difícilmente la gran mayoría de las manufacturas de la región, podrían ser viables con dichos estándares salariales, en las condiciones que tiene la industria hoy en día.

Sin embargo, hay que ser optimistas y esperar que se logre una negociación que beneficie las condiciones laborales de los trabajadores, sin sacrificar la competitividad y viabilidad de las empresas de México y la región.