[sg_popup id=»5″ event=»onload»][/sg_popup]El video, que se volvió viral, denuncia la hipocresía de la sociedad que acepta y se calla ante el ‘consumo’ de mujeres que ejercen la prostitución.

«Hola, putero», así comienza el video filmado en España para cuestionar a los hombres que pagan por sexo y a la sociedad que los acompaña y los encubre. «No te preocupes, porque no estás solo: cuatro de cada diez hombres que nos rodean, van contigo al puticlub. Y, los otros seis, no hacen nada», comienza la publicación de Youtube que tiene como protagonistas a la periodista Teresa Lozano y a la actriz Zúa Méndez.

Según reseña El Confidencial, en su denuncia hacen hincapié en que la oferta de sexo está en todos lados, pero la problemática no solo pasa por ahí, sino que también se trata de una cuestión de «poder». «No pagas por follar, pagas por violar« a las mujeres que, afirman los promotores de la grabación, valen menos que «una camiseta, una pizza».

Por eso, aseguran que las trabajadoras sexuales se convierten en «esclavas» y que lo que se conoce como la «industria sexual» en, en realidad, «proxenetismo, esclavitud, estigmatización social».

Así, con una crítica directa a la sociedad machista, Méndez y Lozano cuestionan la legitimidad de la prostitución, el poder de los proxenetas sobre las mujeres convertidas en objeto y el eufemismo del sexo: «Las has violado, tu dinero legitima lo que haces».

La difusión que alcanzó el video satisfizo a sus protagonistas. «La verdad es que estamos muy contentas», destacó Lozano, quien agregó que «ha habido mucha violencia por parte, sobre todo, de muchos hombres», por lo que asegura que eso «pone de manifiesto que esta campaña era necesaria».

«Algunos hombres que reconocían ser puteros nos han enviado mensajes para decirnos que les habíamos hecho reflexionar», agregaron. Por último, Zúa señaló que «algunos se han quejado de que la campaña es soez, pero es que el mundo de la prostitución es así». «Nos hemos basado en las historias que nos han contado algunas exprostitutas, en cómo se sentían cuando ejercían la prostitución», concluyeron.