Uno de los mitos más comunes sobre el cabello es que si te arrancas una cana, te saldrán muchas más en su lugar. Sin embargo, la ciencia lo desmiente. Cada cabello crece a partir de un folículo individual, y arrancar uno no afecta directamente a los folículos vecinos.
Las canas aparecen por una disminución en la producción de melanina, el pigmento que da color al cabello. Esta disminución ocurre de forma progresiva y está relacionada principalmente con la genética y el envejecimiento. Por eso, si notas más canas, no es porque arrancaste una, sino porque tu cuerpo está siguiendo un proceso natural.
Además, arrancar repetidamente las canas puede irritar el cuero cabelludo o dañar los folículos, lo que podría hacer que el cabello deje de crecer en esa zona. En lugar de arrancarlas, es mejor optar por tintes, cortes estratégicos o simplemente aprender a aceptarlas como parte del paso del tiempo.