2 noticias están en la mente de los trabajadores a partir de hoy:

El nuevo salario mínimo diario de 80 pesos con 4 centavos y los nuevos precios de las gasolinas.

Para  muchos esas condiciones podrían haber sido bienvenidas con alegría y optimismo. Pero casualmente, estas dos, ni son bienvenidas ni dan optimismo y menos en los trabajadores  y sus familias.

Cualquier analista tendría en la relación de estos dos incrementos, una razón para decir que es una ironía hayan comenzado a operar juntos.

Pero hace tiempo que el gobierno no decide en función del sentir de los ciudadanos.

Hay lugares comunes que confirmarían que ninguna definición gubernamental podría tener el valor universal de la aceptación general, al menos.

Mire, el solo anuncio de un aumento en los salarios mínimos, genera aumentos en muchos de los productos que consumen los trabajadores y eso sí les preocupa.

El aumento en los salarios mínimos no significa nada para muchos trabajadores porque no reciben esa condición laboral.  Ni la recibirán.  Pero sí tendrán que pagar los aumentos que, tradicionalmente, ocasiona, aumentar el salario general.

Combinada, esta situación real, con el aumento en los precios de las gasolinas, constituyen un material sumamente explosivo que, dificulta y mucho, la vida de los trabajadores, en especial los más pobres y que por su falta de capacitación y profesionalismo, se ven condenados a los trabajos básicos.

Las estadísticas dicen que en México aproximadamente 6 millones de personas perciben el salario mínimo como pago a su trabajo.  Por supuesto representa un pequeño grupo dentro del también, pequeño mundo de los que son contratados.   Los ambulantes, los que se dicen trabajan sin patrón, son mas del doble, ellos ni de broma reciben salario mínimo, primero porque no tienen patrón y luego porque sus “trabajos” son más que eventuales, inciertos, católicos dicen algunos: lo tienen cuando Dios quiere.

Independiente de ello, de por sí, nadie puede vivir con un salario mínimo.  Pero tienen que enfrentar las cascadas de incrementos que de por si, son dinámicos y permanentes pero que se aumentan con el solo anuncio de nuevos salarios mínimos

Uff, ya parece un trabalenguas, lo es en la vida real de millones de trabajadores.

De por sí, los salarios mínimos y también los profesionales vienen muy rezagados en relación con los costos reales de la vida.  

Actualizarlo o ponerlo acorde con los tiempos reales es una ilusión que no veremos se concrete.

Por vía de mientras, las consecuencias  van en sentido inversamente proporcional a lo que debería ser el solo anuncio de aumentar los salarios mínimos, como condición real para asegurar mejores ingresos a los trabajadores.

Pero ya vé, la economía tiene sus leyes y sus tiempos y los salarios los suyos.  Lo malo es que los dos no coinciden, Carlos Marx lo explicó claro hace más de 140 años y nos recuerda que los salarios reales siempre van años atrás de la realidad real de la economía.

Ni modo, aguantar…. Hasta cuando?