A 14 años de su partida, exalumnos y docentes recuerdan al impulsor del proyecto educativo que transformó la enseñanza en la Sierra Norte de Puebla.
Tlatlauquitepec, Pue.— Han pasado catorce años desde que el maestro Gabriel Salom Flores, conocido como “El Gabo”, partió físicamente, pero su legado continúa vivo en la Telesecundaria “Elvira Cabañez de Flores”, una institución que simboliza su visión de la educación como herramienta de justicia, igualdad y transformación social.
Inspirado por su propia frase —“Iré al corazón de la Sierra con mi piqueta en la mano y de espaldas al sol, construiré una escuela”—, el maestro Salom impulsó junto a un grupo de jóvenes docentes la creación de este plantel en el municipio de Tlatlauquitepec. Aquella idea, nacida entre sueños y obstáculos, se convirtió en una realidad gracias a su liderazgo, su espíritu comunitario y su fe en el poder de la educación
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El proyecto surgió cuando, siendo asesor de la Zona 16 de Telesecundarias, el maestro Salom alentó a sus colegas a buscar un terreno para construir una escuela que respondiera a las necesidades de los jóvenes de la Sierra Norte. Su empeño llevó a que Doña Elvira Cabañez de Flores, tía política del propio maestro, donara el predio conocido como La Estancia, punto de partida para edificar la telesecundaria que hoy lleva su nombre.
Aquel equipo fundador —integrado por Gabriel Becerra Arrieta, Leticia Salgado León, Víctor Jiménez López, Rosendo Rivera López, Norma Urrutia Salgado y Baruch Lara Salgado— logró materializar un sueño que parecía inalcanzable: levantar una escuela pública en una región marcada por la marginación y la falta de oportunidades.
El maestro Gabo defendió un modelo educativo innovador al que llamó “Telesecundarias vinculadas con la comunidad”, donde el aprendizaje se construía a partir de la vida cotidiana, la lengua indígena y la cultura local. “No te quejes si tus alumnos hablan náhuatl y no los entiendes —decía—; aprende su idioma y podrás comunicarte con ellos”.

Hoy, la Telesecundaria “Elvira Cabañez de Flores” no solo representa una institución educativa, sino también un símbolo de resistencia, esfuerzo y amor por la enseñanza. Entre aulas, risas y memorias, el nombre del maestro Gabriel Salom Flores sigue inspirando a quienes creen, como él, que la educación es el camino más seguro hacia la igualdad.



