¡Y llegó la cumbia, tres, cuatro!, sí, así como lo acaba de leer, el grupo Los Hijos del Pueblo estará tocando sus éxitos para que le saque brillo al piso de la plaza de armas de Tlatlauquitepec en el festival en honor a Agustín Lara que seguramente organiza algún despacho de cultura del actual gobierno municipal, ojalá y no sea, en verdad, el despacho de cultura.

Reitero, así como lo leyó, a algún letrado y seguramente conocedor de géneros musicales y sus avances en el México contemporáneo, tuvo la peculiar idea de rendir una especie de homenaje al cantautor Agustín Lara, conocido como el Flaco de Oro, justo así se le definió el sobre nombre por su delgadez y porque surgió a la fama con su singular timbre de voz, sus composiciones musicales y la autoría de algunos versos dedicados al amor y por supuesto a María Félix, ambos, estrellas de la época de oro en la música y el cine nacional.

Pero, ¿acaso el género musical de Los Hijos del Pueblo está de alguna forma ligado a Agustín Lara?, ¡No!. Esto es como querer hacer una actividad marítima en el desierto, no coinciden, sólo queremos hacer saber a Usted, que no son géneros compatibles ni en tiempo, ni en gustos de los admiradores de uno y otro exponente.

El grupo contratado para la actividad es reconocido, por supuesto que tiene nuestro respeto y admiración, pero su música es para amenizar otras actividades, las cuales tienen que ver con caballos, montas, sombreros, botas vaqueras, etc. El tex-mex es originario de Texas y es una fusión de la música folclorica norteña de nuestro México y otros países, por su ritmo alegre y bailable, se emplea en actividades que ya referimos líneas atrás, con la indumentaria también antes mencionada.

Agustín Lara por su lado, allá a mediados del siglo XX, componía versos que tenían musicalización para bolero, género musical de origen cubano y que su letra, al menos antes de que aparecieran los subgéneros del mismo, era de amor, dolor o desamor, con acompañamiento de piano y eventualmente guitarra y güiro.

Seguramente el multifacético Presidente de Tlatlauquitepec tomó esta información y otras más para decidir traer un grupo de tex-mex a una actividad de un cantautor de boleros, de la época de oro mexicana y del cuál su música se ha traducido en varios idiomas para el deleite del mundo.

Por tal razón, aquí dejaremos unas recomendaciones para los cultos organizadores del festival, tal vez sean ¡tres, cuatro!.

1.- Para estas actividades hay músicos y cantantes que sí han realizado tributo a Agustín Lara.

2.- Si no alcanza el presupuesto porque siguen con eso de que la anterior administración no les dejo pesos, pueden invitar a la Orquesta Filarmónica del Estado u otras de Dependencias Federales o Universidades, les aseguro que las orquestas filarmónicas sí tienen temas de Agustín en sus repertorios, aunado a la notoriedad y realce que darían a una actividad dirigida a homenajear a un artista de talla internacional que al día de hoy sigue poniendo a México y su música muy en alto.

3.- Buscar en los libros del registro civil o el archivo del mismo en el Estado para saber si en efecto Agustín Lara era de Tlatlauquitepec o al menos poblano, hay una investigación que incluye hasta el árbol genealógico y en ella se describe que ninguno de los tres hermanos nació en Tlatlauquitepec, según la investigación, nacieron en la calle del Cuervo, Coyoacán, Ciudad de México. Sólo el Dr. Joaquín M. Lara era tlatlauquense.

4.- Nunca está por demás invitar a los familiares y conocedores de la historia de los hermanos Lara a participar en la organización de una actividad referente a Agustín y Teresa.

5.- Sería correcto por respeto a Teresa Lara, a sus familiares, a Tlatlauquitepec y turistas que coloquen nuevamente la placa de la estatua que se esculpió en su memoria y se retiró al inicio de esta administración sólo por tener el nombre del anterior Presidente Municipal.

Pero bueno, recordando el eslogan del actual Gobierno Municipal. «Un gobierno de costumbres y tradiciones», ¿será.?

Don Agustín y Doña Teresa, en donde quiera que estén, ruego disculpen que a alguien se le ocurriera que Farolito y Botecito son lo mismo y tienen la misma importancia cultural para México y lo mezclaran en su honor. Gracias por el legado cultural que dejaron al país y al mundo.

Me despido con este fragmento del Mtro Agustín Lara y su distinguida hermana María Teresa. «Farolito que alumbras apenas, mi calle desierta, cuántas noches me viste llorando, llamar a su puerta, sin llevarle más que una canción, un pedazo de mi corazón…»