Las alianzas electorales creadas sólo para acceder al poder sin representar a los ciudadanos y sus intereses. 

Hace dos semanas platicábamos en este espacio sobre las alianzas electorales y su posibilidad a partir del escenario que estaban generando el PRI y el PAN en el estado de Nuevo León para postularse para la gubernatura para el 2021. 

El resultado fue que no habría alianza; sin embargo, lo acordado en el estado norteño no definió lo que sucedería en el resto del país.

Este sábado 5 de diciembre los consejeros nacionales del PAN aprobaron una alianza electoral con el Revolucionario Institucional y el de la Revolución Democrática para postular candidatos comunes en 158 de los 300 distritos electorales y con ello poder hacer un frente común como oposición al partido del presidente López Obrador.

Actualmente Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados tienen una mayoría que beneficia a las propuestas enviadas por el ejecutivo, mientras que el PAN, PRI y PRD son una minoría incapaz de frenar o ganar alguna votación que consideren polémica.

La fundación del PAN en 1939 obedece precisamente a ser una oposición al entonces Partido Nacional Revolucionario, actualmente PRI, que tenía 10 años en el poder, y ser un contrapeso al poder que tenían los posrevolucionarios que crearon las instituciones. No fue sino hasta los años 80 cuando empezaron a ganar espacios de elección popular y en el 2000 llegaron al poder. Sólo 20 años después el PAN cuenta con 77 diputados federales.

Las alianzas que habían celebrado en algunos estados, hoy lo llevan a nivel federal, donde el PAN encabezará la coalición en 61 distritos, el PRI en 53 y el PRD en 44. Con esto pretenden hacerle frente a lo que seguro será la alianza de Morena, PT y Verde Ecologista de México. 

Es muy probable que en más de la mitad del país se encuentren los ciudadanos con una boleta electoral con sólo dos opciones, una de izquierda y otra una amalgama de partidos de ideologías diferentes que no representa una plataforma sino sólo acceder al poder por el poder. 

Estas alianzas electorales sólo evidencian a los partidos políticos que no buscan representar a un sector de ciudadanos con una ideología, sino sólo llegar a un cargo de elección y los ciudadanos sin representantes con los cuales se identifique ¿y los ciudadanos qué ganan en una alianza contra el poder constituido?