La detención de Jorge Armando “N”, identificado por las autoridades como “El Licenciado”, marcó un giro decisivo en el caso del asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo. Fue capturado durante un operativo en Morelia, donde también se aseguraron armas, droga, teléfonos y un vehículo. Según las investigaciones, él habría coordinado cada paso del ataque ocurrido el 1 de noviembre durante un evento público por el Día de Muertos. Chats filtrados entre los involucrados revelan cómo daba instrucciones directas a los sicarios, incluido al autor material, un joven de 17 años que disparó contra el edil, mientras otros miembros del grupo vigilaban la zona y confirmaban su ubicación llamándolo “el cliente”.

La captura de “El Lic” es vista por el gobierno como un avance importante para desarticular la red criminal detrás del homicidio y enviar un mensaje de que no habrá impunidad, especialmente porque la célula estaría vinculada al Cártel Jalisco Nueva Generación. El crimen desató indignación nacional e internacional, por lo que este arresto representa un intento de responder a la presión social y política. Aun así, especialistas advierten que la detención de un solo mando no garantiza que la estructura criminal quede debilitada y señalan que el desafío real será impedir que surjan nuevos operadores dentro del grupo que ordenó la ejecución del alcalde.