De centro a norte del Municipio de Tlatlauquipec, por aquella carretera que conecta desde la desviación y hasta casa de maquinas en Mazatepec, a la altura del km 7 se puede apreciar la cascada de Puxtla, pertenece al hermano Municipio de Yaonáhuac, pero es más explotada turísticamente por Tlatlauquipec.

Llegar al mirador que permite observar la caída de agua no es complicado; al contrario, conforme se aleja de la mancha urbana, más se adentra uno a la vida silvestre, se pueden apreciar maravillas de la naturaleza como la neblina, la flora, fauna local cómo algún tejón o armadillo que cruza la carretera y aves locales gorriones, tordos y halcones.

Más abajo por ese camino se puede encontrar cabañas, pequeñas tiendas, cocinas para disfrutar carne ahumada o huevitos de rancho en salsa martajada con tortillas azules, truchas y mojarras en Coateczin a un costado de la presa la soledad, en donde puede disfrutar un día en el corazón de la sierra y con la calidez de los habitantes de nuestras comunidades.

Se puede iniciar en la cortina de la presa un recorrido dentro del cañón, ese camino tiene tanta historia que seguro encontrará pastores cuidando sus ovejas, con los que se puede iniciar una charla de las bondades que da la naturaleza a quienes la habitan y protejan.

En el fondo de la cascada de puxtla se permite darse un chapuzón, al tiempo que recibe el agua que cae desde casi 70 metros de altura. Los servicios privados turísticos de Tlatlauqui ofrecen recorridos a esta cascada, la cual se puede descender a rappel o en senderismo.

Se cree que la cascada al momento de su formación tenía una altura de 100 metros aproximadamente, pero el movimiento constante de las placas tectónicas han disminuido su altura conforme el undimiento de la placa continental.

Esta es una de las visitas obligadas en Tlatlauquipec, conocerla es escuchar su estridente murmullo, liberar la mente y sanar el alma.