Muchas leyendas existen sobre Tlatlauquitepec, leyendas que nos narran el pasado de esta tierra, las cuales van de boca en boca por generaciones, algunas desvirtuadas, otras más mal interpretadas, pero no sea este espacio para decir que sí y que no sobre Tlatlauquitepec y su historia, sirva más para conocer el pasado con base y fundamento histórico, y en ocasiones, también para alguna leyenda.
Gracias a Bartolomé Leonardo de Argensola, quién fuera poeta, historiador y cronista de Aragón, España, sabemos sobre el encuentro entre Hernán Cortés y Olinteutli, último cacique prehispánico de Tlatlauquitepec.
Esto nos narra el cronista:
«En cuanto a la idolatría de Zocotlan, trece templos ejercitaban el cuchillo
inhumano. Tenía Moctezuma en él y su comarca a cinco mil soldados de guarnición y postas de dos en dos, llamábase aquel gran cacique Olintetl. Salió a recibir a Hernando Cortes con benignidad y con ostentación; por medio de los intérpretes le pidió Cortés admirado de su grandeza, que le dijese
si era confederado o vasallo del rey de México. Respondió de presto: ¿Pues quien deja de ser esclavo de Moctezuma? Yo soy -le dijo, Cortés- vasallo de otro rey mucho mayor, a quien sirven innumerables príncipes; y deseo que tú le reconozcas. Respondió que solamente haría lo que Moctezuma le mandase.
Con intervención de Marina, intérprete, le satisfizo el cacique, diciéndole:
Que Moctezuma era el rey mayor del mundo, por que abraza su dominio todo lo que yace entre el mar del norte y del sur, que residía, como en la silla de su imperio, en Tenochtitlán (que es México) ciudad la mayor y la más
fuerte del orbe, edificada en el agua; así entendía el cacique la opulencia y potencia de aquel rey»
Conozcamos más de Tlatlauquitepec.
Fuente: Tlatlauquitepec: un lugar cerca del corazón.
Autor: Miguel Ángel Pérez Arriaga