La metanfetamina en su forma cristalina, conocida como «cristal» o «crystal meth», es una droga altamente adictiva que afecta el sistema nervioso central. Su consumo prolongado provoca graves daños físicos y psicológicos, incluyendo pérdida de memoria, psicosis, enfermedades cardiovasculares y deterioro dental severo («boca de metanfetamina»).
Estadísticas Relevantes
Consumo global: Se estima que más de 27 millones de personas en el mundo han consumido metanfetaminas al menos una vez en su vida.
Aumento del consumo: En los últimos años, los casos de adicción al cristal han incrementado, especialmente en América del Norte y algunas regiones de Asia.
Impacto en la salud: Según estudios, hasta el 60 % de los consumidores crónicos desarrollan trastornos psiquiátricos severos.
Mortalidad: Las muertes relacionadas con la metanfetamina han aumentado significativamente, en algunos países hasta en un 500 % en la última década.
Consecuencias y Tratamiento:
El uso prolongado de cristal genera dependencia rápidamente, llevando a la desnutrición, daños cerebrales y alteraciones emocionales graves. El tratamiento suele incluir desintoxicación, terapia psicológica y programas de rehabilitación para ayudar a la reinserción social del paciente.
Combatir la adicción al cristal requiere un enfoque integral que combine prevención, tratamiento y concienciación sobre sus devastadores efectos.




