Las Mamás… esas maravillosas creaciones que Dios mandó a este mundo para reflejar su amor con sus hijos, son esos seres tan llenas de ternura y a la vez tan llenas de dureza, ejemplo viviente de que todas las actitudes de la humanidad se almacenan es la figura de la Mamá.

Quién no recuerda aquellos años de infancia y travesura, infancia bien encaminada y travesura bien corregida, las Mamás, un divino ángel y a la vez un temible sargento, bien pueden estremecer el corazón del hombre más cruel, como pueden apagar el fuego del infierno con tal que los hijos estemos bien.

Ni el chef de Peña Nieto cocina tan sabroso como Mamá, ni el mejor francotirador de Rusia puede hacer un impacto tan perfecto como lo hacen las Mamás con la chancla, más miedo se le tiene a una Madre enojada que a los terroristas, cuando Mamá se enoja el estado islámico iza la bandera blanca, la ONU ni por equivocación sesiona y Trump olvida el muro.

No hay mejor consuelo que el de las Madres, ni el Papa en el Vaticano puede dar consuelo cómo lo hace ella, ni Facundo Cabral puede dar tan sabio consejo como lo hace Mamá y ni tu pareja te amará tanto como ella.

Tan amadas como temibles, podrás engañar al dueño del mundo, pero a tu Madre nunca, te conoce todas las virtudes y los defectos, pero ella no juzga, ella te impulsa para que salgas siempre adelante, jamás quitará su hombro para ti, jamás te dira no puedes, por qué ella tiene un gancho o una chancla que hace que puedas por que puedes.

Gracias Dios por darnos este ángel tan maravilloso y estricto, tanto así respetas la figura materna, que hasta a tu único hijo le diste la dicha de poder decirle a María; Mamá.

Hoy y siempre, felicidades a todas las Mamás, gracias por cuidarnos, corregirnos, pero sobre todo, gracias por amarnos.