Así es, estimado lector, por indigesto que pueda parecer el título de esta columna, celebrar lo que la ONU declaró en 1975 con chocolates, globos, flores, comidas, convivios, cenas, etc. es pésimo, de mal gusto y misógino, incluso hacerlo es no reconocerla, y pareciera más darle un «premio» por ser mujeres, y no darles su justo valor, al tiempo que violenta la esencia de la declaratoria de aquel año, que no fue algo menos importante que asentar en un documento lo que todos sabemos desde el principio de la humanidad, la imprescindible necesidad del género femenino para nada mas ni nada menos que la permanencia de la raza, por decir lo menos.
Cada año que se llega esta fecha, mal entendida, se les obsequia algo a las mujeres, como si fuera un cumpleaños, como si solo por hoy ellas valieran algo, gradualmente se está convirtiendo el 8 de Marzo en una especie de 30 de Abril, 10 de Mayo, 14 de Febrero, etc.

La esencia del día es, recordar a las próceres femeninas, mismas que con lucha social, sobresaliendo en educación, política, deportes, artes, teniendo mucho en contra, han alcanzado que se reconozca en la mayoría de los países democráticos sus logros, pero sobre todo, la necesidad de la participación de la mujer en el diario acontecer.
Algunas civilizaciones antiguas veían en la mujer un ser superior, un ser dador de vida, otras mas la veían como un objeto y una pesada carga, y otras la veían como una máquina reproductora de soldados, lo único cierto es qué, lo que buscaba la ONU, incluso se buscó siglos antes, era reconocer que las mujeres y los hombres son iguales, que básicamente, no puede sobrevivir ni evolucionar la especie sin uno de los dos, tanto hombre como mujer se necesitan, y deben tener ambos los mismos derechos, obligaciones y oportunidades.
Así que, después de leer lo expuesto, le sugiero no dar un regalito a la mujer, mejor hay que buscar que tenga en la practica, las mismas oportunidades que los hombres. Un regalo o detalle se puede dar cualquier día, pero el día internacional de la mujer se debe dar reconocimiento a su género, su lucha y trabajo.




