La arqueología es la ciencia que estudia las sociedades antiguas a partir de sus restos materiales. A través del análisis de los objetos y aquellas obras construidas por los pueblos antiguos, esta ciencia puede arribar a conclusiones en torno a su cultura y sus formas de vida. Tlatlauquitepec, fue un antiguo señorío que estuvo integrado por varios pueblos de esta basta serranía. Se considera que la región estuvo poblada desde hace más de dos mil años. A partir del año 400 se asienta en la región la civilización totonaca. A finales de 1100 llegaron los tlaxcaltecas, pueblo de habla náhuatl que venía huyendo de la expansión chichimeca (BUAP, 2006). La religión de estas civilizaciones fue politeísta, entre sus dioses se encontraba Tláloc, el dios de las aguas; Samael Aun Weor lo describe como un Deva (deidad benévola) del elemento agua, potencia Cósmica del Universo, tiene existencia real. Indubitablemente, esta clase de Deidusos Cósmicos viven normalmente en la región de las Causas Naturales, región a la cual los científicos del átomo y de la molécula no tienen acceso.

Como características las facciones de su rostro o máscara parecen apegarse, con sus debidas variaciones, a un estereotipo ampliamente difundido en sentido geográfico y cronológico; los círculos o anteojeras, la nariz trenzada, la bigotera y los colmillos fueron sus atributos más comunes.

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Es clara la presencia serpentiforme en la composición de su semblante, como ejemplo esta la figura arqueológica de Tláloc ubicada en el parque de Tlatlauquitepec, que lamentablemente está perdiendo sus características a consecuencia de la erosión, es triste ver que esta joya símbolo de historia para nosotros se encuentre en el abandono y no le den el mantenimiento necesario para su conservación y preservación como riqueza cultural de este mágico pueblo.
Sadam Roqueñi.