Los mexicanos tenemos experiencia en divisiones.  La eterna dualidad social, económica y política en que vivimos, nos divide, de entrada, en dos grupos de mexicanos, los que tienen y los que no tienen.

 Si somos detallistas, cada una de esas divisiones permiten, muchas subdivisiones y así en un esquema de telaraña que se alarga y se agranda y que solo acentúa las diferencias y divide más y más a los mexicanos.

Es tan fuerte y real la división en la que nos criamos los mexicanos que ya hasta la aceptamos, como una condición normal de la naturaleza social de nuestra comunidad nacional.

No hay, es cierto, organización humana que no curse o haya cursado por la experiencia de la división.  En política esto es sucede con mayor frecuencia.  

Siendo la política, como lo es, una guerra de intereses, legítimos o no, pertinentes o no, la división es un requisito, espantando y la mas de las veces provocado.

Si no hubiera división, no habría guerra de intereses y no habría operación política.

Sin embargo, no podríamos ni de broma, sugerir que la división debería ser una opción eficiente para la consecución del poder. Por el contrario, a mayor división menor posibilidad de ganar una elección y arribar al poder.

Esa verdad ha convertido a la división como una estrategia política, no solo de los adversarios, que nos recuerda aquel famoso refrán del “divide y vencerás”.

No hay, un partido político que no registre división, en diferentes dimensiones y consecuencias. Factores internos y externos actúan para mantenerla viva.  Estando así la situación, la inteligencia estratégica tendrá que tomar decisiones para intervenir en la elección del 2018.

Las divisiones son, linea transversal de todas las estructuras políticas, en todos los niveles gubernamentales y en todo el territorio nacional.

Pero no por ello se le debe considerar ni indispensables ni estériles.  No al menos por los miembros de un partido político, aun cuando, en el caso de sus adversarios son bastante importantes, para derrotar a los enemigos.
LOS AZULES

Aun cuando ya han tomado al menos una de las 3 decisiones mas importantes para la elección del 2018, no se puede afirmar exista, entre los que toman decisiones, consenso final, ni unidad definitiva.

En política todo lo que se haga o deje de hacer será de interés público.  A lo mejor los amigos respetan lo privado, pero los enemigos no siempre.  

En el pan, crece un formato de  división, no puede ser tomado solo simplemente como  un asunto de familia. Permea ya y no tan en  voz baja, que el diputado federal y los demás dirigentes, han tomado una distancia que pudiera no ser prudente para ellos.

Trasciende también que dentro de los demás líderes hay antipatías y envidias que pudieran gestar conflictos mayores, al menos mientras no se decida quienes irán a las diputaciones, tanto local como federal.

Es obvia, si consideramos que la única segura para una postulación es la actual diputada Corona Salazar, quien será candidata a Presidenta municipal por ese partido, mientras que Nahomy Vazquez, Marilyn Ballesteros y Jaime Macip, transitan por ese purgatorio que nunca será cómodo y siempre empujará a la denuncia.

Pero, sin caer en la angustia, mas allá de los tiempos,  en la Alianza PAN-COMPROMISO POR PUEBLA, hasta ahora una de las dos seguras para la próxima elección, todos toman previsiones y  entienden su papel integrador y complementario.

La fortaleza de esta alianza ya se vislumbra, desde el momento en que GUDELIA TAPIA, ha tomado bajo su conducción al partido COMPROMISO, lo que la coloca ya, dentro los aspirantes para las nominaciones próximas. Ninguno en su sano juicio podría despreciar a la profesora GUDE,  la actual delegada de la secretaría general de gobierno en esta región.  La lógica real de quienes toman decisiones aquí, la ubicaría al menos como candidata a regidora en la planilla de la Doctora Corona Salazar, pero la lógica integral de los que en Puebla mandan, pudiera colocarla en una diputación.  Esto metería mas ruido y abriría mayor espacios de división, pero, los que aquí mandan deben recordar que no están solos.

LOS ROJOS

Si tratáramos de medir una división, tendríamos que entender que al menos hay dos grupos.  En el caso del PRI teziuteco los priistas actuales pudieran ser insuficientes para ello.  Es decir quedan pocos.  El grupo dominante sigue siendo el del expresidente municipal CARLOS PEREDO, única opción competitiva para ese partido, pero no está ni en su mejor momento, ni en su mejor condición.  Sin embargo no se pueden minizar, ya que, son , la única opción real para los rojos para una intervención electoral digna y en un momento exitosa.

En su aliado tradicional el PARTIDO VERDE ECOLOGISTA, las cosas están peores. La familia Marin, abandonó este partido y no hay, literalmente, no hay quien quiera tomar sus riendas.  Visto así esta alianza una de las dos seguras, no da, por el momento, ningún punto de confianza para asegurar una posible victoria electoral en el 2018.

Los esfuerzos de la licenciada Allende, delegada federal de gobernación por reintegrar a los priistas de esta región, son admirables, aunque difíciles.  A eso en verdad, obedece su reciente visita a Hueytamalco, donde dicto una conferencia con motivo del Dia de la Mujer, organizada por Carmen Hernández.  Lo que pudiera dar algún resultado eficiente, siendo, como lo es, Hueytamalco, uno de los principales municipios productores de votos rojos y segunda opción para reintegrar un frente electoral que diera batalla.

LOS MORADOS

Nadie acierta a encontrar la razón por la cual, de repente el QUIMICO JOSE BELLO, disminuyó su activismo político.  Bello es un miembro de Morena, auténtico que de motu propio, quizo aprovechar sus amistades cercanas al PEJE y todo iba bien, hasta que apareció ARMANDO LANDA, cuya candidatura ha sido montada por los dueños de la franquicia de este partido en el estado de Puebla.

De lo poco que se había avanzado en organización y estructura, la división se ha encargado de al menos, hacerla más lenta y difícil.  Esto disminuye sus posibilidades de triunfo electoral, al menos en lo que se refiere a esta región de Teziutlán.

 

EN LA PIPITILLA

Los perredistas en Teziutlán, andan bien preocupados.  La enorme división que, en la última elección estatal les impidió triunfos significativos se ha complicado y aumentado ahora con la separación del senador LUIS MIGUEL BARBOSA, jefe de una tribu nacional, que en Puebla es la mas importante.  Al irse Barbosa a MORENA, se abre una nueva herida, que por supuesto será mortal.   

Los perredistas sienten que cada día estarían mas lejanos mantener y repetir  las regidurías  que hasta ahora tienen en el ayuntamiento poblano. Primero porque quien manda en este municipio, al ver como ha disminuido su tamaño, y al sentir que tiene todo para ganar, no formalizaría algún formato de coalición, segundo porque PRD estará para la elección del 2018, más que disminuido al 20% de su estructura y capacidad por que cada día se van más a MORENA  y tercero porque los perredistas de NUEVA ALIANZA, seguidores de quienes hasta ahora mandan en todo el PRD en todo el país, son maestros del sindicato de profes de los Colegios de Bachilleres que, no tienen, ni la intención, ni la necesidad de dar la vida por el partido.

En PANAL, las cosas andan mal.  Primero porque es reciente el cambio de dirigentes. Segundo por que  PROFR. EMILIO  SALGADO NESTOR  nuevo dirigente estatal de NUEVA ALIANZA, aún no opera y porque, es bien sabido que la estructura sindical no necesariamente se vuelca a apoyar a ese partido, porque aun no lo insiera de su propiedad y  sienten pertenencia y porque, también los presionan los azules para recibir su voto y le adelanto ahora, lo harán también los rojos.