Durante la segunda semana de febrero, en un lapso de menos de 72 horas, la carretera de cuota Teziutlán-Virreyes se convirtió en escenario de dos robos violentos, en los que delincuentes armados despojaron a conductores de sus vehículos, celulares, carteras y otros objetos de valor, sembrando el terror entre los usuarios de esta importante vía de comunicación.

La autopista es una ruta vital que conecta a diversas comunidades y ciudades, utilizada diariamente por miles de personas para viajes familiares, laborales y médicos. Sin embargo, la creciente inseguridad en esta vía ha generado un clima de temor, y muchos al utilizarla se preguntan si regresarán con bien a casa.

Los asaltantes, disfrazados de elementos de seguridad, utilizan patrullas falsas para detener a sus víctimas y, con violencia, les quitan sus pertenencias. En algunos casos, los afectados han sido secuestrados y abandonados en sitios desolados, lo que ha generado una profunda inquietud y miedo entre los habitantes de la región.

¿Cuántos muertos se necesitan para que se tome en serio esta situación? ¿Cuántos robos más deben ocurrir para que las autoridades actúen? ¿Qué medidas se tomarán para garantizar la seguridad de los usuarios en esta vía?