La muerte resuelve, promueve y transforma en cualquier circunstancia.
Cuba resolverá un pendiente histórico, me temo que para volver a quedar parecido a como estaba antes de Fidel; promoverá una etapa totalmente diferente a la que quería Fidel y a la que querían los cubanos de Miami y transformará la circunstancia política de la isla y los cubanos en algo que ellos mismos no alcanzan a calcular.
Fidel Castro, hasta en eso ha sido premonitorio.
60 años exactos no podrán pasar desapercibidos en la historia del Mundo entero, de América entera y de los estrategas de las geometrías o asimetrías internacionales.
El hombre ya había trascendido a la conciencia global. Borrar su huella será imposible, como imposible será practicar al pie de la letra sus consignas.
El juicio sigue el mismo camino que cualquier pensamiento, obedece a las condiciones.
Cada quien habla de la fiesta, según le vaya en ella.
No soy monedita de oro, nos diría José Alfredo Jiménez.
Piense usted lo que piense, será respetable pero, por supuesto, discutible. A eso nos obligan los íconos de la sociedad.
Líder o dictador, los dos calificativos se usaran mucho. Ninguno sin embargo puede esconder que, en el tiempo, todo es justificable.
Pertenezco a una generación que fue construida en medio de un socialismo latinoamericano romántico. Acabar con las “aguas negras del imperialismo yanqui” fue un coro que nos ubicó en un mundo de economía capitalista, al que terminamos por aceptar que así era y no deberíamos pedir ni peras como al olmo, ni agua como a una piedra.

La United Fruit, los gorilatos sudamericanos, la revolución efímera de Ernesto, el Che Guevara, la pobreza ancestral y actual, sirvieron solo para reconocer los hilos reales de contol y confirmaron que todas las ideas siempre necesitaran sangre para poder ser escritas en la vida de los pueblos.
A mi generación tocó ver cambios en la textura de ese sistema imperial, que a tiempo bautizó Lenin, pero no le tocará ver una transformación real.
El capitalismo así es y seguirá siendo, con hilos de mayor sofisticación y digitalización, solamente.
La muerte de Fidel también es transparente, nos recuerda que durante 11 gobiernos norteamericanos, Cuba y Estados Unidos han estado unidos en un contexto que sin Fidel, difícilmente podría ser entendido.
Ahora lo extrañarán más los cubanoamericanos, que a pesar de hablar español, dejaron de ser cubanos hace muchos años.
Los cubanos de la isla, con todo, están listos, son 60 años de prepararse para una transición que, tarde o temprano volverá a unirlos con la plataforma continental. Las condiciones, ya las sabemos. Ese camino, será difícil pero fatal. Así será.
La memoria es fugaz registro y por eso, casi siempre corre el riesgo de terminar siendo injusta.
Ahí está la experiencia de ideas y acciones que a tiempo intentaron corregir una realidad injusta hace 60 años en Cuba y que ahora inician su revisión inevitable. Lo que resulte, tiene como todo, algo bueno y algo malo. Los cubanos dirán de cual hay más.
Y nosotros, recordaremos a Fidel porque nos enseñó la realidad de la vida latinoamericana y nos alimentó con energías para transformarla….intentarlo al menos….
HASTA SIEMPRE COMANDANTE….!!!
Hasta siempre… el viernes pasado comenzó tu verdadera lucha!!!




