Es cierto que lo de hoy en política es la incredulidad y por lo tanto la desconfianza y comodidad.

Los ciudadanos han dejado de creer en todos los principios básicos y por lo tanto importantes, que la política como discusión, participación y toma de decisiones de los asuntos de interés colectivo, suponía fueran su resultado.

Decidir en política, es ahora, un ejercicio de improvisación y acomodo que se deja ir o venir de una ideología a otra, conforme a conveniencias de pequeños grupos que para lograrlo compran o truecan, mercancías de consumo urgente e inmediato, por votos.

Un voto comprado y pagado así releva después, al servicio que merecería del representante o autoridad elegidos, porque el ciclo de compromiso se cierra cuando se paga. Si hay algo después, dependería solo de la generosidad.

Esta práctica se ha considera útil por los actores políticos que se ha extendido al mercado interno de esos mismos actores políticos. Por eso ahora usted puede observar como, los mismos actores políticos, van y vienen de un partido a otro, dependiendo de su valor de cambio y su valor de uso.

Los políticos nunca tendrán valor de cambio y valor de uso al mismo tiempo. En Economía, solo hay una mercancía que tiene los tiene y se llama moneda. Imagínese si un político los tuviera….ni Hitler, por eso, gracias a Dios, se han acabado los famosos “líderes mesíanicos”.

Si un elector va y viene de un partido político a otro, su eficacia en política se disminuye a grado tal que minimiza su valor de uso. Pero cuando un “líder político”, va de un partido a otro, su valor total, desaparece.

Por eso, por ejemplo a un político migrante le cuesta mucho cambiar de partido. En el que deja, no vale nada, en el que llega, también. Por eso lo hacen, como estrategia para revaluarse y especular con su experiencia y capacidad de movilización.

Los priistas poblanos que andan en busca de un alojamiento temporal en MORENA, están recibiendo por su llegada, un mérito y un pago mínimo. A lo mejor es mucho.

Si MORENA es una bola de nieve que crece y crece, no debería estar comprando políticos de otros partidos, porque, compraría basura, esa que todos los días, nos dice, los electores no debemos comprar.

MORENA, anda reclutando políticos que solo pueden provenir de los partidos a los que clasifica como mafiosos y basura. Aparte de la enlodada, comprar “puercos y marranos” como dice Andrés Manuel, MORENA arriesgaría credibilidad, confianza y autenticidad, que es lo que, aparentemente, comprarían, a este partido, los electores en el 2018.

Si lo sigue haciendo, MORENA solo logrará recordar a todos, su origen priista-perredista.