La doctora Ledesma, quien se refiere a Harley como su “coterapeuta”, dice que la presencia del ha ayudado a “amortiguar el estrés psicológico, afectivo y psíquico” del personal sanitario que enfrenta la emergencia.

Harley “el Tuerto”, de tres años de edad y apodado así por una discapacidad visual, es parte del servicio de psiquiatría y neuropsicología del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre.

Allí ya ha participado en terapias para pacientes con “afecciones psiquiátricas, psicológicas o neuropsicológicas”, cuenta su ama.

“Desde muy pequeñito, lo empezamos a formar para ello”.

El papel de Harley en esas intervenciones se ha visto favorecido por su docilidad y continua disposición a interactuar con la gente, suscitando empatía, afirma Ledesma.

Algunos “compañeros inmediatamente quieren jugar con este perro. Hay que considerar el tiempo de privación de contacto físico que llevamos, sobre todo entre el personal de la primera línea de acción, que incluso se ha segregado de su propia familia por temor a un contagio”, señala la especialista.

Ledesma explica que junto con su equipo preparó desde febrero la incorporación del perro terapeuta a un proyecto de apoyo emocional, previendo la tensión que desataría la epidemia y, en particular, un eventual desbordamiento de los hospitales.

De ese grupo forman parte especialistas en bioseguridad, veterinaria y enfermería.

La Ciudad de México y zonas circundantes del vecino Estado de México conforman la región más afectada por el nuevo brote de coronavirus en el país.

Con informacion de Afp
Foto: Claudio Cruz / AFP