Hoy en Tlatlauquitepec, el creciente auge del turismo en especial del ecoturismo; está poniendo a prueba a los tlatlauquenses en la conservación y manejo de nuestros bosques y la práctica de las actividades de turismo en los espacios naturales.

Y es que después de toda esa locura del confinamiento, en lo que tal vez estamos todos de acuerdo, es que, lo más que extrañamos fue salir para disfrutar nuestros paisajes. Hemos sentido la nostalgia de tomar un buen café compartiendo con amigos, hemos querido recorrer nuestros pueblos y respirar ese aire puro de nuestra región, que extrañamos tanto.

Si contemplamos que, la industria del turismo es la mayor empleadora del mundo y genera directa o indirectamente millones de puestos de trabajo en los índices del empleo mundial.

Y en relación a nuestro municipio –Tlatlauquitepec-, el turismo de naturaleza, representa una parte considerable de esta gran industria que se ha venido desarrollando por más de diez años después de su denominación como Pueblo Mágico.

En Tlatlauqui el ecoturismo se centra en los bosques: desde el avistamiento de luciérnagas hasta los paseos por los cerros y senderos llenos de árboles y cascadas, las caminatas por los bosques o la contemplación de la fauna y flora silvestres. Por ello, el crecimiento del sector implica que ejercerá una influencia cada vez mayor sobre la forma en que se utilizan los bosques en Tlatlauquitepec.

Por ello es importante generar un proyecto integral adecuado, para que el ecoturismo en Tlatlauqui pueda generar ingresos y empleo para nuestras comunidades que tienen pocas oportunidades de conseguir otros trabajos. Primero debemos centrarnos en que lLos ecoturistas buscan la naturaleza en su estado primitivo, lo que frecuentemente ocurre sólo en lugares remotos y que es ahí, donde debemos poner atención para mantener su cuidado y protección.

Debemos tener cuidado en asegurar que las mismas características que proporcionan la base para atraer a los turistas, no resulten afectadas o destruidas al tratar de satisfacer las necesidades físicas y comodidades de los visitantes. Los disturbios a la ecología local –por ejemplo, basuras y desperdicios, cortes de árboles para obtener leña, alojamientos, carreteras de acceso y servicios de comunicación– son evidentes en muchos lugares cuando se inician, pero debemos recordar que el turista lo que busca no es comodidad, es emoción, naturaleza, repito, buscan el estado primitivo del lugar.

El uso excesivo de lugares populares de ecoturismo provoca frecuentemente el desgaste de los caminos y orillas de los ríos, la contaminación del agua, la destrucción de la vegetación y la pérdida de especies, pero esto se puede prevenir con planificación, dar el seguimiento con la participación de las personas que viven en los lugares o cerca de ellos y de la mano de los diversos niveles de gobierno, la industria del turismo y las poblaciones locales.

Estoy convencido que el turismo de naturaleza o ecoturismo, es el futuro económico de esta región.

Sin duda, en Tlatlauquitepec y en todo el país, nos estamos recuperando lentamente, pero con decisión y conciencia ambiental, esas actividades que tanto extrañamos en el turismo, nos darán una oportunidad de generar en cada rincón de nuestro municipio, los destinos turísticos llamativos para atraer a los turistas y con ello, generar una derrama económica importante para los tlatlauquenses.

Contamos con paisajes únicos, con un café de altura, música inolvidable, gente amable y dispuesta a regalarnos días llenos de sabores, colores, y experiencias viviendo nuestro territorio y lo más importante, una naturaleza maravillosa con potencial de desarrollo turístico.

Es tiempo de tomarnos un café entendiendo que nuestro Tlatlauquitepec es privilegiado, que nos pone a vivir en cámara lenta y esperando iniciar importantes políticas de promoción turística que fortalezcan nuestra región.