La ley señala que los gobernantes, desde el Presidente de la República hasta el mas modesto de los presidentes municipales deben informar a su comunidad, el estado que guarda la administración pública.

La moral establece que ese informe debería ser permanente, sistemático y transparente.

Pero en realidad, a pesar de que cumplen esa obligación anual,  ningún gobernante se preocupa porque la población se entere de lo que hace diariamente y sobre todo de como maneja el dinero que la gente le da.  Estrategias y procedimientos hay muchos.  Como sea la gente no se entera y menos a tiempo, de los que hace, su servidor público, que eligió mas que su voto, con su confianza.

Informan en público, sí, pero es tan general y selectiva la información que ninguno que esté en el acto sabría a ciencia cierta el manejo de los recursos.

Debo decirle también, que los gobernantes me dirán que mes con mes, informan la cantidad de dinero que han recibido y como lo han gastado, también en el caso de los presidentes municipales existe un despacho externo que los audita cada 3 meses y cada año rinden un informe completo a la Auditoría Mayor, una oficina del Congreso del Estado que ayuda a los diputados a verificar si los recursos y dineros se utilizaron conforme a las leyes correspondientes y conforme a la elemental honestidad.

Pero esos informes no llegan a la gente.   Además los formatos no los entenderían las familias, pues no están técnicamente capacitadas para ello.

Hoy en día existen muchas formas de informar lo que se hace y lo que se gasta, diariamente desde un sencillo periódico mural en las calles, hasta la mas sofisticada digitalización en las redes sociales o en los twitter ahora que  el señor Trump nos está enseñando a gobernar a twittazos.

Lo que sí hacen los gobernantes diariamente es publicitar lo que a ellos conviene, lo entiendan o no la gente.

Las normas contemporáneas de un buen gobierno van mas allá de un informe, exigen un sistema total de transparencia.  Pero la gente no sabe como utilizar eso ni a donde pedirlo y por supuesto los presidentes municipales no hacen algo por recomendarlo, menos capacitar a los vecinos para su uso constante.

En fin, ahora que están realizando sus informes los presidentes municipales poblanos, la sabiduría popular acude a éstos, sabedores de que habrá mole y barbacoa, porque del informe, saben, desde antes de asistir al acto público que hablaran de lo que les conviene hablar a los presidentes, y no habrá un informe completo, entendible.

Yo me quedo con la formula de uno de los más inteligentes presidentes municipales al que le oí, señalar a su secretario que para que tanto rollo, que el informe debe ser concreto y le instruyó para que dijera:   Ciudadanos,  entraron tantos pesos…salieron tantos pesos……ustedes deben tanto….. he dicho”

Pero, más allá de los informes, hay tres indicadores que pueden utilizarse para saber si están gobernando bien:  hacer lo que la gente pide, no lo que ellos quieren;  hacerlo con las tres B, bueno, bonito y barato y el más importante que la gente esté contenta con ellos.

Y eso se ve todos los días, con informe o sin informe, con barbacoa o sin ella.