Desde hace varios meses, tengo la fortuna de conocer a los amigos de Xaltigrillos, Ruta Con Magia y Xplora, a los cuales, después de verlos trabajar con los visitantes, estoy convencido que en el ejercicio turístico que actualmente se vive en Tlatlauquitepec, una de las actividades que más me agrada es el de ser guía por todo lo que esta labor implica. Permite, en cierta forma mostrar, enseñar, explicar y hasta ponerles valor al municipio con comentarios y explicaciones que van dirigidas directamente a los turistas que nos visitan.

Hace algunos días atrás, platicado con el Lic. Jorge Guzmán, gerente de Hotel Boutique San Jorge, quien a su vez, es hijo de Don Jorge Guzmán Cosca, coincidíamos en la idea que ser guía turístico es muy bonito aunque también muy difícil. Por más que se conozca Tlatlauquitepec en cada uno de sus rincones, se debe ser muy profesional en el trato con los turistas, para llegar a satisfacer en ellos lo que desean ver, conocer o experimentar. Esto no es sencillo porque no siempre se trata de una sola persona, sino que casi siempre son grupos pequeños o grandes, y para cada uno de ellos hay una técnica diferente para lograr la interacción necesaria.

Hay que tener en cuenta que hay diferentes guías turísticos según la modalidad de actividad, de cada lugar, de cada zona, de cada región o municipio. No es lo mismo un guía de sitio, por ejemplo de un museo, a ser un guía de una ciudad con su contenido urbano, o de la zona rural con sus costumbres, que hay que saber explicarlas para dirigir las miradas.

Un aspecto muy importante para un guía es determinar qué es un grupo. No es simplemente un conjunto de personas, sino que es un conjunto de personas dispares, algunos miembros de una misma familia; otros integrados por personas que interactúan entre sí, y otros que pertenecen a una actividad común. En este sentido, en algunas ocasiones, he sido guía de algunos amigos o conocidos que han visitado Tlatlauquitepec y he podido llevarlos a diferentes lugares, los cuales tenían edades diferentes y créanme que no es sencilla la actividad, pero cuando se tiene amor por nuestro municipio, se ve reflejado en el estado de ánimo de manera alegre del grupo.

En definición, en Tlatlauquitepec no podemos dejar de lado la labor del guía turístico, ya que esa resulta ser la de un “embajador cultural”, por ser muchas veces el primer contacto que tiene el visitante con el lugar visitado. Por ello, resulta importante su contribución en la manera en que desarrollan su actividad como intérpretes y facilitadores del conocimiento arqueológico, histórico, cultural y ambiental.

La carrera de guía de turismo no sólo se basa en conocer los sitios que se recorrerán, sino también en la problemática del acompañamiento del turista, quien en definitiva debe terminar satisfecho con lo visto, comprendido y sobre todo disfrutado. Todo esto con el sólo objeto de que el turista vuelva y nos recomiende a Tlatlauquitepec como un Pueblo Mágico agradable, interesante y con buena gente.