Del entronque de la supercarretera Virreyes-Teziutlan son 6.9 Kilómetros hacia la Ciudad de Tlatlauquitepec hasta el Hospital Cessa, donde se incluyen veinticuatro topes, cuatro escuelas, tres iglesias y casi cincuenta establecimientos comerciales (misceláneas, molinos, tienditas) en la orilla de dicha vialidad y siempre un número variante de vehículos estacionados en ambos sentidos sobre la misma, los cuales obstruyen parcialmente el tráfico y hacen que sea poco fluido hacía cualquiera de las dos direcciones. Si bien eso es una práctica que data desde tiempos en que fuera un camino rural o vecinal; esto por si se hace alusión a los usos y costumbres y alguien dice “siempre ha sido así” sería bueno que también se diera cuenta de que antes no había la afluencia de automóviles que existe hoy en día de trasporte público y de trasporte privado, ya que después de la carretera federal, ahora esta es la entrada principal al pueblo mágico que tiene la certificación de destino turístico y donde una de las principales reglas es dar facilidades al paseante para que llegue. Todo esto sin contar los baches que aunque fueron rellenados con tierra siguen viviendo justo en el crucero de Jalacinguito donde se entronca el camino a Xonocuautla y a Tepeteno que estuvieron presentes antes, durante y después de las vacaciones de Diciembre, como dándoles la bienvenida a los visitantes.

Sin embargo de lo anterior, el municipio de Tlatlauquitepec, Puebla (que también es cabecera de Distrito Local) tiene un reglamento de Tránsito, que fue aprobado el día 22 de Mayo de 2012 en el cabildo que encabezara Porfirio Loeza y que se publicó el 08 de Marzo de 2013 en el Periódico Oficial del Estado para entrar en vigor al día siguiente, mismo en el que se basa el ayuntamiento actual y tiene publicado en su página web; y solo como observación existe una incongruencia en la publicación que hizo Ayuntamiento el 20 de Diciembre de 2016 en su página de Facebook hablando de “Nuevas Infracciones” a partir del 02 de Enero de 2017, cuando estas estaban en vigor desde hace más de tres años y que no habían sido puestas en práctica aun cuando tienen como propósito y dice la publicación “Por tu seguridad y la de los demás”. Los que vamos de paso no sabemos si fue por la clásica rivalidad política que es bien conocida entre el actual y el anterior, pues el presidente no se quería apoyar en lo que dictó el expresidente cuando dejó sentadas estas bases o sencillamente no lo hacían efectivo porque no les interesaba.

A propósito de que ya revisaron el reglamento y regresando al tema, bastaría con darle una vuelta al artículo 51, que habla de que en las franjas amarillas pintadas en las guarniciones, es donde está prohibido estacionarse y que tiene pintado con cierto deterioro casi a todo lo largo de sus más de 6 kilometros la mayor parte de la vialidad que se menciona al principio de esta columna de opinión, es decir desde Tepeteno hasta Contla, señalización que es descaradamente violada incluyendo como distintivo del problema los vehículos que están estacionados frente al Preescolar “Luz González Baz” de Zinacantepec donde siempre obstruyen en días y horas hábiles como se ve en la imagen dejando solo un carril para maniobrar pudiendo causar un accidente pues tapan la visibilidad de conductores, alumnos y madres de familia que van a dejar y a traer a los infantes a este jardín de niños; y también le den una vuelta a los artículos 62 y 63 donde indica respecto a donde sí y donde no, se pueden estacionar los automotores en las demás áreas que comprende el municipio para el tránsito vehicular.

De la avenida Dolores Betancourt por mencionar otra particularidad cuando hay partido de Futbol en el campo deportivo, aunque hay 6 postes en ese trayecto cada uno con un letrero de NO ESTACIONARSE nadie hace caso y nadie sanciona, es un tema más severo al detallado en líneas pasadas, aunque anteriormente al inicio de la avenida hubo algunas vez unas lonitas impresas que por su económica elaboración casi no se veían incluso ya se olvidaron, que tenían por objetivo comunicar que no se estacionaran en ambos lados de la avenida, pero en esa zona entre particulares y transporte publico dijera el clásico “cada quien hace lo que quiere” dejando desprovistos a los ciudadanos de la garantía del libre tránsito constitucional por parte de la Dirección de Tránsito Municipal.

Todo esto pasa por que no hay la presencia de la autoridad de forma real y sistemática, solo se ven donde los ven trabajar sus jefes y sus jefes tampoco van, ni los mandan por allá. Desafortunadamente todos juzgamos por las apariencias y si llegamos a un pueblo que se precia de ser mágico y vamos viendo desde el camino que conduce a la entrada como está organizado, por placentera que pueda ser la estancia, recordemos que la primera impresión es la que cuenta.

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