Las lluvias intensas de octubre han dejado un saldo devastador en varias regiones de México. Hasta el 18 de octubre, se reportan 76 personas muertas y 39 desaparecidas, principalmente en los estados de Veracruz, Hidalgo, Puebla, Querétaro y San Luis Potosí. Los desbordamientos de ríos, deslaves e inundaciones han afectado a cientos de localidades, dejando a miles de familias atrapadas y con pérdidas materiales significativas.
Más de 100,000 viviendas resultaron dañadas y la infraestructura sufrió un fuerte impacto: cerca de 1,000 kilómetros de carreteras, 59 centros de salud y 308 escuelas registraron daños considerables. Las lluvias provocadas por los restos de las tormentas tropicales Priscila y Raymond dejaron a más de 150 comunidades incomunicadas, complicando la llegada de ayuda humanitaria y la evacuación de los damnificados.
El gobierno federal desplegó miles de elementos del Ejército y la Marina para apoyar en rescates, distribución de alimentos y rehabilitación de carreteras y servicios básicos. Se habilitaron albergues para los afectados, pero la situación sigue siendo delicada, y la amenaza de nuevas lluvias mantiene a muchas comunidades en alerta mientras continúan los trabajos de recuperación.




