El problema no es decir “quiero ser gobernador”, cualquiera lo dice.

El problema es que quien lo diga, tenga votantes o la capacidad de conseguirlos, antes del día de la elección.
Juan Carlos Lastiri, los tiene.

El otro problema es que su partido, el PRI, le crea, le conste que existen esas intenciones de voto y se arme de valor y le apueste, la poca fuerza que tiene en el estado de Puebla.

Vea qué rápido y fácil hemos resuelto las intenciones de Lastiri.

Pero en la vida real eso no sucede.

A los políticos les gusta complicar todo, enredarlo, jugar a los ejercicios del “si fuera”, “si pudiera”, “si quisiera” o al de “me corresponde a mi”, “es mi derecho”, “soy el líder que el partido y el estado necesita” y cuando más entretenidos están en frente a sus espejos de vanidades y de irrealidades, alguien les recuerda que también juega el “es amigo del presidente”, o el “es el representante del grupo empresarial X”.

Lastiri, acepta hacer pública su aspiración, que no era, ni desconocida, ni despreciada por muchos de sus compañeros de partido que la dejaban ir, así como que no quiere la cosa, en espera de los tiempos.

Y los tiempos han llegado porque a diferencia de la “política ficción” de la que nos habla siempre Carlos Salinas de Gortari, la actual es “política de construcción” que no es lo mismo de invento, de alianza o de perversión.

La elección será el primer domingo del 2018 y apenas hay tiempo para construir una imagen, luego una precandidatura, luego una candidatura, uffff, apenas hay tiempo.

Por eso ahora hay que moverse antes, mucho antes de tiempo, al contrario de lo que decía el sabio político obrero y priista Fidel Velázquez.

Ahora Lastiri compartirá golpes de todo tipo con: Blanca Alcalá que valora con calma, mucha calma diría yo, sus posibilidades de repetir como candidata al gobierno poblano, remasterizada, dirían los chavos, con su fiel Jorge Estefan Chidiac, el concuño de Tony Gali; enfrentará las estratégias inteligentes de Enrique Dóger; la estructura de Javier López Zavala que tan es cierta que MORENA quiere comprársela; las acciones terrenales de Alberto Jiménez Merino, un ingeniero que tiene más respaldo de Mario Marín y Melquiades que cualquier otro y la fuerza y dinamismo de Alejandro Armenta quien ha visto abierta la puerta y también ha decidido cruzarla.

Luego del gobernador Moreno Valle, Lastiri es el poblano de más alto nivel en el gobierno federal. Es el poblano más cerca del Presidente de la República y es el poblano más cerca de la secretaria Rosario Robles, responsable de la conducción política del estado de Puebla.

Sus conexiones con grupos empresariales de interés en Puebla también están establecidas.

Pero lo más interesante es una red de promoción que, inicialmente integrada para apoyar a la candidata de su partido, siempre fue construida pensando en el 2018. Hay quienes aseguran que una buena porción de los votos que la senadora Alcalá obtuvo, fueron entregados por la discreta estructura electoral organizada y cuidadosamente operada directamente por Lastiri.

Lastiri, al día de hoy, es el aspirante que podría tener el mejor nivel de competitividad y eficiencia para enfrentar a los demás candidatos al gobierno estatal. En especial por la fortaleza de su experiencia política y administrativa.

Ha sido presidente municipal y diputado por Zacatlán, su lugar natal. Ha desempeñado diferentes cargos administrativos entre otros Secretario de Desarrollo Social del gobierno poblano, Coordinador de promoción al voto de la campaña del actual presidente de la República y subsecretario en dos oficinas directamente ligadas al mercado electoral nacional.

Con todo, el reto es enorme y los analistas y los viejos priistas seguramente habrán de encomendarle primero que reunifique a todos los grupos priistas poblanos que, están enojados, todos contra todos y la mayoría ya ni saben por qué. Que asuma un liderazgo priista, que en Puebla no solo no existe, ninguno quiere asumir y que, haga regresar a todos los priistas que, enojados con su organización política emigraron a otros partidos en especial al grupo plural que sostiene al gobernador actual.

Vaya tarea. Los que saben de esto dicen que ni uniéndose todos los que quieren ser, podrían lograrlo.

Por lo mientras, apunte usted, para que, después de pensarlo bien, pueda hacer sus contactos. En Teziutlán, Carlos Peredo estaría trabajando para Enrique Dóger su amigo de apuestas políticas. Hugo Marín por Alejandro Armenta así sea en los ratos que su nuevo partido MORENA le permita. Juan Antonio Martínez para su amigo de siempre Javier López Zavala; Karla Martínez y Nancy Sánchez para Blanca Alcalá y Francisco Ayala para Lastiri.

Y si los que quieren andan ya moviéndose, usted que espera, acuérdese que puede agarra algo, son 9 puestos los que se eligirán en junio del 2018 y todos, bueno 2 no, podrían estar en sus manos.

Apúrese acuérdese que al que madruga Dios le ayuda y le da su bendición.