AMLO ha tenido que dar la cara por su hermano Pío López Obrador y prima Felipa Obrador, por presuntos actos de corrupción y nepotismo.

Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente de México, ha declarado en repetidas ocaciones que el peor mal de México es la corrupción, por lo cual su gobierno se ha enfocado en erradicarla.

“Vivir en una sociedad mejor es lo que estamos buscando, pero para eso hay que acabar con la corrupción, hay que acabar con el influyentismo, hay que acabar con la impunidad y eso cuesta a algunos entenderlo”, declaró el mandatario esta mañana en el marco del Día Internacional contra la Corrupción.

Sin embargo, las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y análisis de algunos investigadores, señalan que López Obrador no tiene una estrategia clara para combatir la corrupción.

“Hay un contraste enorme entre la narrativa del presidente y sus acciones, una contradicción muy grande”, apuntó la directora de la organización México Evalúa, Edna Jaime, quien opina que las cosas siguen “como siempre”.

“El discurso de que los que estaban antes eran malos porque eran corruptos, pero ‘nosotros somos diferentes’ no funciona. Basta con un solo ejemplo, como el de la prima, para tirar todo esto”, dijo Ricardo Alvarado, investigador de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), a EFE.

Cabe recordar que López Obrador tuvo que salir al paso ante la noticia de que su prima, Felipa Obrador, recibió cerca de 365 millones de pesos en contratos otorgados por la petrolera estatal Pemex durante la actual Administración.

No es la primera vez que el mandatario mexicano ha tenido que dar la cara por un familiar. En agosto pasado, se filtraron dos videos que muestran a su hermano Pío López Obrador recibiendo supuestos sobornos durante una campaña electoral local en 2015.

Mientras que en julio pasado, las autoridades tuvieron que sancionar a la empresa del hijo de Manuel Bartlett, estrecho colaborador de López Obrador, tras conocerse que vendió al Gobierno ventiladores para enfermos de covid-19 a un precio superior al de mercado.

Cifras de corrupción Inegi

De acuerdo con cifras del Inegi, los ciudadanos que han sido víctimas de actos de corrupción por parte del poder público aumentaron del 12 por ciento en 2013 al 16 por ciento en 2019.

Además calcula que, en 2019, los mexicanos tuvieron que pagar un total de 12 mil 770 millones de pesos en “mordidas”, sobornos o extorsiones para realizar trámites ante las autoridades, sobre todo policiales.

“Los sobornos para la adquisición de contratos, las ‘mordidas’ para la policía o para tener trámites… Eso no lo puede controlar el presidente. Para eso se necesita una red de instituciones de control que funcionen”, subrayó la directora de México Evalúa.

Pero el gobierno de López Obrador ha dejado sin efecto el Sistema Nacional Anticorrupción, un conjunto de instituciones independientes diseñado en 2016 por la presión de la sociedad civil.

Y además, bajo la bandera de la lucha contra la corrupción, ha optado por eliminar 109 fideicomisos independientes que gestionaban fondos para ciencia y derechos humanos, mientras adjudica el 70 por ciento de los contratos públicos de manera directa.

“Repartir el poder en muchas manos es un mecanismo de control, porque dificulta que se pongan de acuerdo para robar, limita las decisiones discrecionales”, manifestó el investigador de MCCI, quien cree que López Obrador busca saltarse “obstáculos”.

Con información de EFE