El Gobierno mexicano anunció que la Marina llevará a cabo operativos directos para interceptar las llamadas narcolanchas antes de que se acerquen a zonas donde Estados Unidos ha realizado bombardeos recientes. La decisión busca evitar nuevos incidentes que comprometan la soberanía nacional y, al mismo tiempo, mantener una cooperación operativa con Washington en el combate al tráfico internacional.
El acuerdo surge tras semanas de tensión y señales de preocupación por parte de ambos países. Con esta medida, México intenta tomar el control de la situación en aguas internacionales para impedir que fuerzas estadounidenses intervengan de forma más agresiva. Aunque la estrategia promete reducir riesgos, también abre un capítulo delicado en la relación bilateral, donde seguridad y diplomacia vuelven a cruzarse en un punto crítico.




