Monseñor Efrén Ramos Salazar nació en Tlatlauquitepec, en una familia profundamente arraigada en las tradiciones y la fe católica. Desde muy joven, mostró un interés genuino por la vida espiritual y el servicio a los demás, lo que lo llevó a ingresar al seminario para iniciar su formación sacerdotal.

Su camino en la Iglesia estuvo marcado por un compromiso constante con la comunidad y la educación religiosa. Tras su ordenación, desempeñó diversos cargos pastorales en Puebla, donde se destacó por su cercanía con los fieles y su dedicación para atender las necesidades tanto espirituales como sociales.

Además de su labor pastoral, tuvo un papel importante en la formación de futuros sacerdotes, contribuyendo a fortalecer la vocación y el compromiso religioso en la diócesis. Su liderazgo fue reconocido por su capacidad para combinar la tradición de la Iglesia con una visión abierta y adaptada a los retos de su época.

A lo largo de su vida, fue un ejemplo de humildad y servicio, dejando una huella profunda en quienes lo conocieron. Su legado permanece vivo en Tlatlauquitepec y en la iglesia de, Chiapas, Puebla y Guerrero como un faro de inspiración para las nuevas generaciones.

Fue nombrado por Juan Pablo II como Obispo de Chilpancingo el 30 de Octubre de 1990.