El descenso de la producción de frutales en la región de Tlatlauquitepec; ciruela, durazno,manzana, pera y cada una con sus variedades, tiene varias aristas y debido a que no se ha realizado una investigación que determine la razón preponderante, todo gira en torno a especulaciones. Lo que sí es una realidad, es que ha bajado la producción y comercialización de estos productos en los últimos 15 años a más de la mitad, pues de las 110 toneladas que se obtenían a la semana en toda la temporada, actualmente se tiene un promedio del 40% en el pico más alto de la producción. Todo esto tiene una importante afectación:

[sg_popup id=»20″ event=»onload»][/sg_popup]El empobrecimiento de la economía rural, pues en esta temporada se tenía un ingreso de más del doble que del resto del año y aun que la mayoría de frutos proviene de huertos de menos de 2 hectáreas y lo tienen como un cultivo alterno entre maíz o ganado de pastoreo, representaba parte del presupuesto. El azufre que traslada el aire de la termoeléctrica de Los Humeros de CFE que upuestamente daña la fecundación de la flor, es una hipótesis que hasta ahora no se hacomprobado y que sería bueno determinar por el aprovechamiento de la fuerza natural que representa esta planta. Una razón real son los bajos precios que pagan los comerciantes que compran aquí y revenden en las centrales de abasto y que popularmente se intuye a que se quedan con las utilidades más importantes del negocio, cuestión desmentida por estos mercantes argumentando que el negocio da para todos y que ellos también se ven seriamente afectados pues la calidad de la región no compite con la calidad que llevan de otros estados como Michoacán o Edo. de México y las manzanas que traen del norte.

Una más es la proliferación de plagas desconocidas y el no tener un método eficaz de control hace también que las cosechas disminuyan, la falta de una fertilización adecuada, el no explorar nuevas variedades y técnicas, la falta de manejo post cosecha como encerar el producto y un embalaje adecuado. Todo esto aunado al bajo precio, crea un círculo vicioso que hace que desaparezcan las condiciones para el desarrollo de estos cultivos y su comercio, pues no hay suficientes recursos para plantear una solución que dé resultados para este sector antes de que llegue el punto de quiebre y no haya manera de replantear.