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Esta actividad data de la época prehispánica, cuando un pequeño niño macehual se quedó huérfano, y al llegar las festividades para honrar a los muertos se percató que no tenía comida o fruta para su ofrenda. 

Hace varias generaciones, las familias se reunían en el Día de Muertos para “pedir calaverita”; sin embargo, esta tradición se está perdiendo.

Esta actividad data de la época prehispánica, cuando un pequeño niño macehual se quedó huérfano, y al llegar las festividades para honrar a los muertos se percató que no tenía comida o fruta para su ofrenda.

Así, decidió salir a “pedir calaverita” entre sus familiares o vecinos, con tal de poder colocar algo en honor a las personas que ya no estaban entre los vivos.

A pesar de lo que se cree, esta tradición es mucho más antigua y más mexicana que el “Dulce o Truco” de Estados Unidos.

Una tradición llena de elementos mexicanos

Esta actividad se conservó hasta nuestros tiempos; antes lo niños llevaban chilacayotes o calabazas con figuras esculpidas, e iluminaban su interior con una vela para salir a pedir calaverita.

Las familias solían reunirse alrededor de las ofrendas para rezar, hacer cantos y solicitar un poco de ofrenda a cambio de un momento de diversión. El día que se realiza esta actividad, a diferencia del Halloween, es el 1 de noviembre.

Sin embargo, esta recolección de dulces, frutas y comida se ha perdido con el tiempo pues la mezcla cultural ha desvirtuado la forma en que los niños salen a pedir dulces.

Con información de El Sol de México y Capital Méxic