Los envíos de petróleo mexicano a la isla caribeña podrían tensar la relación bilateral con Washington, advierten analistas
Durante el primer trimestre de 2025, Petróleos Mexicanos (Pemex) exportó a Cuba petróleo crudo y productos refinados por un valor superior a los 3 mil 100 millones de pesos. Aunque el gobierno mexicano defiende la legalidad y carácter humanitario de los envíos, expertos señalan posibles repercusiones diplomáticas con Estados Unidos.
México ha intensificado el suministro energético a Cuba mediante envíos diarios de más de 19 mil barriles de crudo y 2 mil de petrolíferos, realizados a través de la filial Gasolinas Bienestar, una empresa creada por Pemex para manejar estas operaciones de forma independiente. En total, entre enero y marzo de 2025, se calcula un valor aproximado de 3 mil 100 millones de pesos destinados a abastecer al régimen cubano.
La operación representa más del 3% de las exportaciones de crudo mexicanas y casi el 2% de los petrolíferos, según datos presentados por Pemex ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC).
Aunque el gobierno de Claudia Sheinbaum ha justificado estos envíos como parte de una política solidaria y soberana, analistas en energía y relaciones internacionales advierten que el apoyo al gobierno cubano, aún bajo embargo de Washington, podría provocar fricciones con Estados Unidos, el principal socio comercial de México.
“El riesgo es que Washington interprete estos envíos como un respaldo político a un régimen sancionado, lo que puede generar tensiones diplomáticas o restricciones comerciales”, alertó Gonzalo Monroy, experto en energía.
Para minimizar riesgos legales internacionales, Pemex optó por realizar las transacciones en pesos mexicanos y a través de una empresa distinta a su filial PMI, que opera en el sistema financiero global. Sin embargo, analistas consideran que el solo hecho de mantener este tipo de intercambios con Cuba, en el actual contexto geopolítico, representa una señal que podría no pasar desapercibida en Washington.
Durante 2024, Pemex ya había incrementado considerablemente sus envíos a la isla, alcanzando cifras similares a las de este año, lo que sugiere una política sostenida de apoyo energético que ahora, bajo la nueva administración federal, continúa y se consolida.
Este patrón coincide con la reciente participación de México como observador en la cumbre del bloque BRICS, interpretado por algunos sectores como un intento del gobierno mexicano por diversificar sus alianzas y tomar distancia de la influencia estadounidense.
En medio de un complejo escenario global, los envíos de petróleo a Cuba podrían convertirse en una prueba diplomática para la nueva administración, obligada a equilibrar sus alianzas internacionales con la estabilidad de su relación con Estados Unidos.




