La protesta de estos días no es una movilización más: los maestros de la CNTE llegaron a Palacio Nacional para presionar directamente al Gobierno federal y exigir cambios profundos. Su principal demanda es echar abajo la reforma al sistema de pensiones del ISSSTE de 2007, la cual, aseguran, los dejó sin una pensión digna y les arrebató derechos adquiridos. También piden reinstalar las mesas de negociación que, según ellos, han sido ignoradas o suspendidas, además de exigir más presupuesto para educación, salud y seguridad social, y mejores condiciones laborales que realmente se cumplan, no solo se prometan.

Los docentes acusan que el Gobierno ha incumplido acuerdos previos, que persisten descuentos injustificados y que no han visto avances reales en temas que llevan años solicitando. Buscan respuestas claras, compromisos formales y una revisión completa de las políticas que afectan su jubilación y su trabajo diario. Su presencia en el primer cuadro de la ciudad es un intento de obligar a las autoridades a escucharlos de frente y a reconocer que sus demandas ya no pueden seguir postergándose.