Me dolió pero es cierto. Hay quienes piensan que los ancianos deben morirse  ̈porque nos están robando el aire ̈. Olvidan que este aire, que nos permite vivir, ellos nos enseñaron a utilizarlo y a proveerlo.

La ingratitud es hermana siamesa del egoísmo en el comportamiento humano. El  ̈vives tú o vivo yo ̈, es otra de las premisas cotidianamente usada en esta guerra de intereses y perversidades.

 ̈Homo homini lupus ̈, el hombre es el lobo del hombre dijeron, hace miles de años los griegos y vaya que nos conocían bien desde entonces, aunque dejaban el beneficio de la duda  ̈cuando desconoce al otro ̈. La experiencia humana dice que es parejo…lo reconozca o no. Sabia virtud.

Me recordaron estas condiciones de la naturaleza humana, el debate de hace unos días a propósito de la  ̈Guía Bioética de asignación de recursos de medicina crítica, para pacientes con COVID 19  ̈que el Consejo General de Salud, máxima autoridad gubernamental, en esta materia, para condiciones de extrema urgencia en salud pública, como la que estamos viviendo.

Es cierto que el hombre es el lobo del hombre, hasta en las buenas intenciones de lo más avanzado de la ciencia y la tecnología, que, a pesar de no estar investigada y estructurada para el mal, la mayoría de nuevos descubrimientos y avances, se han vuelto peligrosas para la existencia misma de la humanidad entera.

A raíz de eso, se ha desarrollado una ciencia llamada BIOETICA, y se han establecido modelos y sistemas en toda la tierra, para vigilar que todo lo que haga el hombre sea dentro de un marco aceptado de normas de la BIOETICA.

Y aguas porque esa vigilancia sirve también para manipular los nuevos avances científicos y tecnológicos, hacia donde siempre: los intereses de poder y control político y económico. Nada nuevo.

En esa  ̈Guía Bioética sobre la asignación de recursos de medicina crítica ̈, gubernamental se establece que en caso de que no hubiera recursos médicos, hospitalarios, medicamentos o equipos para tratamientos médicos para la atención de pacientes con Covid 19, la sugerencia era, dárselos primero a los jóvenes y no a los ancianos.

Sugiere esa Guía, que esa es la moral, con la que los mexicanos deberíamos entender los retos de esta pandemia. Este Consejo se integra con autoridades sanitarias, políticos y algunos científicos. Todos autoridad reconocida en sus campos de la ciencia. Lastima, refleja solo su impotencia y más su angustia.

No es nueva la idea de este conflicto moral. Decidir a quien le toca o no, tarde o temprano es materia del Derecho y las leyes. En algunos hospitales públicos, se practica, cuando con respeto y discrecion, envían a pacientes terminales a su casa. Los argumentos son variados:  ̈estar en casa les ayuda ̈,  ̈aquí ya no hay nada que hacer  ̈,  ̈para dios no hay imposibles ̈, aunque entre el personal medico y de enfermería el argumento es: necesitamos camas y más medicamentos.

 Ayudar a buen morir, también es tema del debate en esta Bioética, bajo la denominación de Eutanasia. Ejemplos de las más difíciles decisiones médicas, legales, morales, religiosas, hay muchos y no existe aún una decisión clara y menos aceptable en este conflicto. No es fácil, lo entiendo.

La ley a secas tiene un principio, sabio, diría yo… `Primero en tiempo, primero en derecho`. Si eso fuera real, no tendríamos muchas dificultades para decìdir, en casos extremos, aunque, nos gusta complicarnos siempre, porque, también sociológicamente se ha privilegiado el  ̈primero los niños y las mujeres ̈. Cuantos dilemas tenemos que resolver aún, en esta, que por esos vacíos, no puede clasificarse como sabia humanidad.

La  ̈Guía Bioetica ̈, se ha guardado del debate, pero no se ha cancelado.. Está ahí acechando, mientras los ancianos imploramos a Dios y a la vida, que no nos conceda el doloroso privilegio de tener, como generación viva, que decidir en tan injustas disposiciones.

Los dilemas, siempre serán injustos, perversos y abusivos. Esa guía, para asignar la atención a los enfermos de Covid 19, va, es cierto, desde respetar a quien llegue primero, pero llega a señalar que en caso de conflicto para signar la atención, se debe privilegiar a los jóvenes y no a los viejitos. Pero hay algo peor.. en caso de empate, habrá un volado. Si, como el que jugábamos con el severo de la esquina.

Como solo hay dos caminos… que le atinen esos sabios, políticos y científicos para vencer , en el menor tiempo posible a la pandemia, o que el virus, generosamente, resuelva encapsularse, alejarse de nosotros y esperar otros tiempos para volver a aparecer y, me cae, nos vuelva a agarrar desprevenidos..

Y como anciano que soy, creo, sinceramente, que no le estamos robando el aire a ninguno.

La mayoría nos hemos ganado el derecho a vivir, trabajando solidariamente, para los humanos que vienen y el costo de nuestra permanencia no lo compartimos con todos, al contrario, si hiciéramos cuentas, nos saldrían debiendo. Por eso digo que no les estamos robando el aire a ninguno. Menos a los que no se han ganado el derecho de disfrutarlo.

Supliquemos a Dios que esta pandemia no nos lleve a esa situación letal de tener que decidir a quien le damos cama, ventilador, medicinas y atienden los médicos, porque, como humanos, mereceríamos el derecho de la duda. La duda de comprobar que tan lobos somos.

También, tengo que decirlo, tenemos que suplicar a ese Consejo General de Salud y a las autoridades que gasten nuestro dinero, el de los impuestos, en comprar y tener todo lo que vamos a necesitar. Me dolería mucho que los miembros del Gabinete Presidencial, a pesar de ser Secretarios de Estado, que la mayoría, por su edad, se quedaran sin cama, sin ventiladores, sin medicinas.. y Donde encontraríamos a otros ancianos que los suplan…?