Misteriosa e inevitable es la muerte, es parte del proceso de la vida, no hay quien se libre de ella, sea desde una célula, hasta el mamífero mas grande nada con vida la pueda burlar, y esta fase de la vida nos mantiene siempre en dudas, una de ellas es saber que se siente al morir.
Para James Hallenbeck, especialista en medicina paliativa de la Universidad de Stanford, la muerte puede ser comparada con los agujeros negros, «Podemos ver el efecto de los agujeros negros, pero es extremadamente difícil, si no imposible, mirar dentro de ellos», afirmó en entrevista al diario The Atlantic.
Hasta hace poco, la muerte era un proceso rápido, no se sabia que el cuerpo dura hasta 5 días en morir casi en su totalidad, pues se declara una muerte cuando el corazón deja de funcionar, pero hay órganos como el oído que tardan hasta 3 días en morir, así como células del cerebro.
Antes no había gran desarrollo en la medicina ni en los cuidados médicos, la tecnología y nuevos descubrimientos en medicina ha cambiado radicalmente el tiempo de vida, incluso hasta el proceso final de la misma.
Personas con acceso a atención médica a menudo mueren gradualmente por enfermedades que matan lentamente como el cáncer, de hecho, los alcances médicos han logrado mitigar casi a un cien por ciento el dolor en la fase final de algunos enfermos, a este proceso se le conoce como muerte activa, según Hallenbeck, durante ese periodo, las personas tienden a perder sus sentidos y deseos en un cierto orden: primero dejan de tener hambre y sed, después el habla y la visión se pierden, por último, se van el oído y el tacto.
No hay una respuesta exacta en cuanto al dolor que se siente justo al momento de morir, obviamente, el dolor es inevitable en determinadas situaciones, pero algunos pacientes simplemente «se desvanecen» sin dolor, señaló Margaret Campbell, profesora de la Universidad Estatal Wayne, quien ha trabajado en el área de cuidados paliativos desde décadas.
Al contrario de lo que se cree, tener una enfermedad asociada con el dolor tampoco significa una muerte dolorosa, ya que la mayoría de los pacientes, como los que mueren de cáncer, recibe medicamentos para no sentir dolor y estar más cómodos, sin embargo, debido al hecho de que la mayoría de los enfermos pierde la conciencia en sus últimas horas o días, es difícil saber con certeza cuánto los pacientes están sufriendo, señala Campbell
En general, creemos que si el cerebro está realmente en una especie de coma, o si el paciente ya no responde, entonces su percepción del dolor también disminuye significativamente, afirma David Hui, oncólogo y experto en cuidados paliativos.
Para muchas personas al borde de la muerte, el cerebro comienza a sacrificar áreas que son menos esenciales para la supervivencia, según David Hovda, experto en daño cerebral de la Universidad de California en Los Ángeles, morir puede ser comparado a envejecer, las personas pierden poco a poco sus capacidades para la planificación compleja y luego las habilidades motoras, por último, pierden la inhibición.
Además, diferentes partes del cerebro son estimuladas con la llegada de la muerte, refiere Hovda. «Una de las partes que es estimulada es el sistema visual. Ese momento es cuanto las personas empiezan a ver la luz», incluso el inconsciente puede proyectar imágenes que puedan generar tranquilidad al cerebro refirió el experto.
No hay respuesta exacta sobre que se siente al morir, mucho menos que es lo último que percibe la gente que muere de manera súbita, lo que si es seguro, es que, mientras sigan esas incógnitas, la ciencia seguirá investigando hasta tener plena información sobre el sentir de la gente al recibir la muerte.





