Sin duda la seguridad en Teziutlán es un tema delicado, y cada gobierno municipal a finales de su mandato se agudiza; es una constante al menos en estos tres últimos trienios (este último cuatrienio y 8 meses) ha sido así.

El desgaste y cansancio de quienes llevan la batuta en el tema de la seguridad, la falta de ideas, estrategias o incluso la inexperiencia hacen que el nivel de seguridad baje.

A mediados de semana, autoridades municipales anunciaron con bombo y platillo al nuevo Secretario de seguridad Pública de Teziutlán, Oswaldo Armenta  Nava, quien fuera anteriormente Director de Gobierno, hoy estará al mando de la Policía Municipal, Protección Civil y Seguridad Vial Municipal, y de quien el presidente Municipal presumió el cargo se lo otorgó por ser un abogado.

De verdad será un trabajo muy difícil, pues aunque las autoridades lo nieguen, de verdad la delincuencia está trabajando a marchas forzadas.

En la rueda de prensa que hicieron, aseguraron que implementarán nuevas estrategias de seguridad, pero son tan secretas que no las pudieron explicar.

Además informaron que reclutarán a más policías; hoy tienen 85 elementos dentro de los tres rubros, pero  tiene más de 3 meses que no hay formatos en la ciudad de Puebla para poder realizar este trámite, (y este problema lo tienen todos los municipios).

Otra negativa más, es que recordemos que Teziutlán sufre desde el año pasado el millonario recorte hecho por la federación del FORTASEG.

¿Cómo se cambiará el nivel de inseguridad que predomina en Teziutlán? Los teziutecos no lo sabemos, pero si sabemos que hay nuevo secretario. Y esperan los cambios para bien.

Pero en seguridad eso no es todo, un pendiente y grave para el nuevo secretario es cancelar la percepción que los vecinos tienen sobre la corrupción, la mas vieja y tradicional forma que es la mordida.  No hay alguien que diga que no existe y algunos piensan que los agentes viales, a eso se dedican únicamente.

NUESTROS VECINOS NO LA TIENEN FÁCIL

Y hablando se inseguridad, recientemente en el estado de Veracruz las cosas están peor que nunca, la ola de asesinatos en días recientes debe ser un llamado de atención a las autoridades estatales y tomar en serio el tema de seguridad, ya ya ya, cómo dijo que lo haría su gobernador Miguel Ángel Yunes. 
Lo más grave para los poblanos es el “efecto cucaracha” que en esta guerra continua (que inicio desde el gobierno de Fidel Herrera) del narco hace que “los malos” cambien de residencia y no se espanten si es Teziutlán ven un lugar medianamente ideal para vivir, porque  colindamos con este estado y nos hace más vulnerables que nunca.

Y DE LOS ESPECTÁCULOS

Por años en eventos deportivos como los de Fútbol, culturales y hasta eventos como bailes y ferias siempre ha existido una rivalidad entre el municipio de Teziutlán y Xiutetelco.

Este fin de semana se presentó en el marco de la feria de Xiutetelco el concierto/baile de Los Ángeles Azules, un éxito y buen sabor de boca para todos los que le apostaron a esta feria, evento de gran nivel, y que sin duda dieron a los teziutecos, una cachetada con guante blanco.

La verdad los teziutecos deberíamos de analizar por qué cada año la feria de Teziutlán ha ido bajando en gran medida su calidad y cada año deja insatisfechos a todos, será el bajo “nivel” en la organización de la Feria o que siempre la organización al cuarto para las doce o que solo se dedican a vender stands que deja dinero al ayuntamiento. Ya ni promueven la artesanía, ni la agricultura, ni las artes ni la cultura teziuteca o de la región, solo dicen algunos es un tianguis, caro, de chácharas y por supuesto de churros y garnachas. Es una lástima que el referente que por años era esta ciudad en espectáculos taurinos, artísticos y comerciales vaya en declive.

Por otra parte la feria teziuteca es autofinanciable y deja, cada año, ganancias.  Justo sería que financiaran espectáculos de primera calidad y mostraran las riquezas productivas y culturales que abundan en esta Perla de la Sierra.

Esperemos que este año las expectativas cambien, de corazón los teziutecos merecemos una feria de calidad y no una “cruz”  de barrio, cómo muchos ya la bautizan.