Dime de que presumes y te diré que careces, dice el refrán popular.  En política es frecuente que un partido diga que ganara una elección, cuando todo indica que no y de ello los electores están conscientes, porque saben que ninguno puede ahora presumir de tener estructura real y propia.

Senador, viene del latin “senectus”, viejo, anciano.   Se les prefería por la larga experiencia de vida y en los asuntos públicos.

Es cierto, con la edad llega la sabiduría.   En los partidos políticos también, toda vez que son organizaciones humanas, multiplican los aciertos o defectos personales, los potencializan para mejores decisiones de interés público.

También se vale decir que las mañas crecen y la oportunidad de utilizarlas.

Cuando en la época contemporánea se argumentó que hay más jóvenes, maduros o inmaduros, que más dá y se inició la costumbre de postularlos, entre más jóvenes mejor, los partidos políticos estoy seguro, no lo hicieron porque garantizaban mejor desempeño político.  Lo hicieron porque los más viejos, ya no servían para convencer a los electores.  Su larga cola de errores, impedía apreciar el valor de su experiencia.

Por eso, con senadores jóvenes, ahora, las cosas no van mejor.  

A nadie espanta ahora, un joven en tan importantes puestos.  Lo que asusta es, en que, con su ineficiencia, en vez de abrir mayores caminos a los jóvenes, los cierran.

Con todo, el Senado es atractivo, son 6 años de vivir de los impuestos de los mexicanos, su sueldo es mayor, mucho mayor que los diputados federales, se les considera gobernadores substitutos en sus estados y bueno muchas otras ganancias, que hace a esta representación demasiado apetecible.

En Puebla, por eso y porque la mayoría de partidos políticos entienden la enorme dificultad para arrebatarle al PAN la próxima gobernatura, la lucha por convertirse en SENADORES DE LA REPUBLICA, es mayor.   

Senadores los hay de mayoría, de primera minoría y plurinominales.  Viera usted que hasta puede ser más fácil ser senador que diputado.

Los priistas están conscientes de su situación y algunos con inteligencia se insertan en las posibilidades de la próxima contienda electoral del 2018.

A JORGE ESTEFAN CHIDIAC: nadie puede negarle inteligencia técnica-administrativa para el desempeño de importantes funciones en este país,     -es quien preside a la comisión de diputados que reparte el presupuesto entre todos los estados y municipios del pais-,      ninguno puede decirle que está perdido o solo   – es amigo personal del Presidente de la República y de sus tres amigos secretarios del gabinete, más cercanos a Peña Nieto-,   todos le reconocen experiencia en la operación política, diputado varias veces, jefe de áreas importantes en las campañas presidenciales últimas,-   y  también que pertenece al grupo priista propietario actual de ese partido en este estado.

Estefan ha dicho que no quiere ser gobernador, desea  SENADOR y será SENADOR.

Diputado ya lo es, y gobernador, por el momento no podrá.  Le falta partido, militantes suficientes.  El mismo Estafan reconoció ayer, que de un millón de priistas, a lo mejor solo quedan 500 mil, no ha construido estructura suficiente y tampoco tendrá muchos amigos presidentes municipales priistas, porque los que hay, son poquitos.

En la lucha por la gubernatura, todos los que han dicho querer ser candidatos a gobernador de Puebla, por el PRI, perversamente,  se la están dejando a LASTIRI.

Es más, tan bien plantado esta Estefan que, ni juntando a todos los aspirantes priistas a gobernador de Puebla, ganarían.  Pero no se preocupe, ni se juntarán, ni ganaran ese puesto. Por más que digan que su partido está fuerte y bien construido.

En el PRI poblano, cada día la estructura es menor y menos segura.  Su voto duro se ha hecho, blando, elástico, escurridizo y convenenciero.  La guerra interna es ruido sordo que pretende esconder, lo que todos saben:  Cada día menos militantes y cada día más aspirantes.