Foto de archivo de 1985 en donde se aprecia el hoy desaparecido Hotel Regis en la Ciudad de México que colapsó y se incendió tras el terremoto de 8.1 grados en la escala Richter, el 19 de septiembre de aquel año. Daniel Aguilar / Reuters

El jueves un sismo de 8,2 grados en la escala de Richter sacudió los Estados de Oaxaca, Guerrero, Tabasco, Estado de México, Puebla y la Ciudad de México, siendo catalogado como el más fuerte en 100 años, de una fuerza incluso superior al que ocurrió el 19 de septiembre de 1985.

Sin embargo, en esta ocasión no se reportaron daños tan graves en la capital del país, ya que el epicentro del movimiento telúrico se localizó en una zona diferente a la del de hace 30 años.

El sismo de la noche del 7 de septiembre tuvo su epicentro en las costas de Chiapas a 150 kilómetros del Estado y, aproximadamente, a 700 kilómetros del centro del país y de la capital.

Por el contrario, el epicentro del terremoto de 1985, de una magnitud de 8.1 grados, se localizó a 400 kilómetros de distancia, en las costas de Jalisco y Michoacán. Se registró a las 7:19 de la mañana.

Las zonas sur, centro y occidente sintieron las ondas del sismo, cuya intensidad se percibió en Estados como Michoacán, Guerrero, Jalisco y Colima.

Su fuerza devastó la Ciudad de México, donde grandes edificios, escuelas y hospitales, se derrumbaron o quedaron seriamente dañados por el terremoto.

En algunas avenidas se levantó el concreto y el centro de la capital adquirió el aspecto de una zona de guerra.

La cifra de muertos sigue sin saberse con exactitud. En un primer momento, el Gobierno manejó una cifra de entre 6.000 y 7.000 muertos, llegándose después a estimarse que los fallecidos podrían ascender a 10.000. Sin embargo, se cree que podrían ser incluso muchos más.

En el terremoto del jueves, ninguna persona murió en la Ciudad de México, donde solo se reportan daños menores en algunos edificios.

El saldo blanco en la capital mexicana también se debió al estricto reglamento de construcciones aplicado tras el terremoto del 19 de septiembre.

El jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, destacó que los nuevos rascacielos en el emblemático Paseo de la Reforma y en la lujosa zona de Santa Fe superaron la prueba.

Asimismo, gracias a la alerta sísmica, la población en la Ciudad de México ya está preparada para actuar en caso de un sismo de gran magnitud. Este tipo de alerta entró en funcionamiento en 1993 y avisa con al menos 50 segundos de anticipación a la capital mexicana de la llegada de ondas sísmicas importantes.

El Comité Nacional de Emergencias confirmó la muerte de 91 personas, 71 en Oaxaca, 16 en Chiapas y 4 en Tabasco.