Tezcatlipoca es hijo de la pareja divina Tonacatecuhtli y Tonacacíhuatl, que habitaban el decimotercer cielo. Es hermano de Tlatlauhqui Tezcatlipoca o Xipe Totec, de Quetzalcóatl y de Omitéotl o Inaquizcóatl el descarnado, que los mexicanos (mexicas) adoraron bajo el nombre de Huitzilopochtli.
Las características de todos y cada uno de los dioses depende mucho de su ubicación, según estén orientados hacia los ountos cardinales los cuales poseen un color determinado, símbolo de fuerzas que actúan en el espacio cósmico y que originan los distintos fenómenos de la naturaleza. El negro corresponde al norte, rumbo de la muerte y ahí gobiernan Mictlantecuhtli y Yayauhqui Tezcatlipoca; el azul pertenece al sur, rumbo de la vida donde presiden Tlaloc y Huitzilopochtli; el rojo incumbre al este (donde se localiza Tlatlauquitepec), regido por Xiuhtecuhtli, Tonatiuh (en su condición de sol levantante) y Xipe Totec ; en el blanco atañe al oeste, rumbo de la experiencia, sabiduría y vejez, área dominada por Quetzalcoatl como sabio y dios de los mantenimientos relacionado con el maíz.

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Según el “Codice Zumarraga” los cuatro dioses tuvieron problemas y entraron en discusión, Quetzalcoatl huyo al Golfo y Tlatlauhqui Tezcatlipoca ascendió al cielo y dejo caer una parte de él, la fábula narra que fue su escudo pero otros relatos cuentan que fue el mismo dios azteca quien cayó en forma de montaña mirando al cielo, lo que me recuerda el imponente “Cerro Cabezón” del bello pueblo mágico de Tlatlauquitepec, que es coincidencia que tenga el mismo nombre del dios azteca y más aún que la montaña mantenga ese color rojizo en su amanecer,  además de la forma de un rostro mirando al cielo. ¿El dios Xipe Totec habrá descendido en esta parte de la Sierra Norte de Puebla? ¿Coincidencia o realidad? Habrá que seguir investigando sobre el tema.

Sadam Roqueñi.