En la segunda agresión, que tuvo lugar en su casa, la violaron frente a su hija de dos años y le escribieron la palabra ‘puta’ en el seno con una navaja.

Yanelli, de 27 años, fue violada en 2016 en un taxi del municipio de Huauchinango Puebla al salir de su trabajo. Tras denunciar a uno de los implicados, que fue encarcelado, la amenazaron y un año después la volvieron a violar en su domicilio, esta vez frente a su hija de dos años.

En junio de 2016 Yanelli decidió tomar un taxi colectivo porque el transporte público tardaba más de lo habitual, pero dos delincuentes subieron al vehículo con un arma de fuego y robaron al chófer y a la mujer, violándola después. Un mes después la joven vio por la calle a uno de sus agresores, identificado como Erick, y lo denunció a la Policía, que lo detuvo y encarceló.

A partir de ese momento la familia del varón amenazó en repetidas ocasiones a Yanelli, instándola a retirar la denuncia, cosa que no hizo. A pesar de que las autoridades le habían concedido una orden de protección, en octubre de 2017 dos hombres allanaron su domicilio, la inmovilizaron, la golpearon y la violaron frente a su hija. Asimismo, le escribieron la palabra ‘puta’ en el seno con una navaja y le dijeron que era «para que nunca se le olvidara lo que era». También infligieron daño físico a la niña y la fotografiaron.

Dos intentos de suicidio

El año pasado la Justicia condenó a Erick a 10 años de prisión por delito de violación y archivó el caso, olvidando que otro varón participó en el delito. Por otro lado, la Fiscalía general del Estado comunicó a Yanelli que «perdió» el expediente de su segunda violación, por lo que no realizó ninguna investigación sobre este caso.

Yanelli, que es lincenciada en Danza Clásica y Enfermería, fue despedida de su puesto de trabajo en el área de cultura de un municipio próximo, porque no querían tener problemas. La mujer se sometió a tratamiento psicológico y psiquiátrico y en dos ocasiones intentó quitarse la vida mediante la ingesta de medicamentos que le habían recetado.

La mujer, que perdió casi la totalidad de la vista en su ojo izquierdo debido a los golpes recibidos en una de las agresiones, continúa con su terapia psiquiátrica y en la actualidad imparte algunas charlas en escuelas para contar la trágica historia que vivió en su propia piel.