Deberíamos pensar y aceptar que votar cuesta.  Al menos el pasaje de la micro o la gasolina del coche, el domingo de la votación.  A lo mejor el chesko o las papitas, mientras esperamos en la fila.  Mínimo.

Pero no es solo eso. Votar en el 2018, hipoteca. Es como una deuda que aceptamos pagar a largo plazo, con intereses crecientes, mas caros que esos que llaman moratorios, mas altos que esos que cobra el gobierno cuando alguien no paga a tiempo sus impuestos. Pero además, nos califica de irresponsable y nos manda al buró de crédito, por algo que no compramos, al menos conscientemente.

Votar en el 2018 hipoteca nuestra vida futura, dificulta y eleva los costos de nuestra vida actual, cancela aspiraciones y nos confirma que somos compradores tontos.  Compramos promesas que solo se construyen bajo aquella vieja sabiduría de rancho: “prometer y prometer hasta meter y una vez metido….olvidar lo prometido”.

Aun con todo, debemos votar.

A usted, a mí, votar el primer domingo de junio del 2018, nos costará más de 36 mil millones de pesos, de los impuestos que con muchos sacrificios pagamos.

Fíjese,

Partidos políticos
11 mil 918 millones de pesos
Gastos del INE
18 mil 228 millones de pesos
Tribunales electorales
5 mil 688 millones de pesos
Fepade
200 millones de pesos
Total
36 mil 034 millones de pesos

pesos  chido… no?

y sin contar todos los gastos enormes que realizan las secretarías de gobernación, los soldados, la marina y las policías, notarios públicos, los gastos de publicidad en radio y televisión que se hacen con cargo a los tiempos del gobierno, voluntarios, observadores electorales,etc.

Además los desayunos, las comidas y todo lo que, los promotores en las campañas se gastan o los pasajes, los telefonazos, la idas  y venidas, para organizar las visitas domiciliarias, los reuniones públicas, los días de trabajo que no trabajan los empleados del gobierno, las llenadas de los formatos de sus diez promovidos, la saliva que gastan las autoridades en amenazar a los votantes, etc. etc.  Ahhh y esos 500 o 1000 pesos que regalan a los votantes cómplices, el domingo de votación.