El General Luis Cresencio, titular de la Defensa Nacional, detalló los hechos suscitados el pasado 17 de octubre en Culiacán.

Ya paren todo, ya me entregué, ya ni modo”, fueron algunas de las palabras que mencionó el hijo de “El Chapo”, Ovidio Guzmán, mientras era detenido en una casa, ubicada en Culiacán, Sinaloa.

El día de hoy, el gabinete de seguridad, específicamente el General Luis Cresencio Sandoval, detalló en una crónica amplia, los hechos registrados el pasado 17 de octubre en Culiacán, lo cual sustentó con diversos videos.

Uno de ellos, muestra cómo fue la detención de Ovidio, aunque no se mostró el momento en que fue liberado o cómo se negoció su libertad. 

“Tranquilos… Sal, Ovidio…. Ovidio, muestra tus manos”, le dijo un integrante de las fuerzas federales que ingresó a la casa del capo con armas de alto poder.

En ese momento salió una mujer (que se presume podría ser la mujer con quien mantiene una relación sentimental o su suegra), Ovidio y detrás de él otro hombre a quien previamente le entregó un arma de fuego.

En el momento de salir de la casa, un elemento del Ejército le pregunta si está armado, a lo que él responde: “No, ya no”.

Segundos después sacan a un hombre del interior de la casa y lo defiende: “Él no tiene nada que ver”, refiriéndose a la persona de sexo masculino que salió tras él; “no tengo gente adentro, están mis hijas”, prosiguió el hijo de “El Chapo”.

Ante esto, la mujer le pide a los agentes que suelten a Guzmán López y que no les hagan nada, por lo que se escucha decir de alguien: “Señora no pasa nada, no se preocupe, no somos delincuentes”.

Un militar graba el momento en el que ponen de rodillas al heredero del Cártel de Sinaloa y le piden que ordene que pare todo, en alusión a los ataques que se estaban realizando en las calles de Sinaloa.

De inmediato, se le observa respondiendo y segundos después hablando por teléfono supuestamente con su hermano Iván Archivaldo a quien le dice: “Ya paren todo, ya me entregué, ya ni modo, ya paren todo por favor”.

“Ya, tranquilos, ya ni modo… Pero ya dígales, ya no quiero pedos, ya no quiero que haya desmadres”, continúo Guzmán López al tiempo que lo ponían de espaldas contra la pared y se escuchaban tiroteos y explosiones en la calle.