No hay mal que por bien no venga, tendremos elecciones extraordinarias para gobernar Puebla, no se tome el inicio de la presente como una algarabía sobre el fallecimiento de Martha Erika, al contrario, no se tiene que celebrar la muerte de nadie, pero ese trago amargo para muchos, fue la esperanza para otros. Recordemos la semana en que se definió el resultado de la elección por parte del TEPJF, se veía venir la anulación y elección extraordinaria, pero no fue así.

Esa semana, cuando se creía todo sería miel sobre hojuelas para MORENA, comenzaron a salir aspirantes de ese partido, se entendía que en caso de no ratificar a Martha Erika, Barbosa sería el candidato nuevamente, pero con todo y esa percepción general de los poblanos, José Juan Espinoza, Gabriel Biestro y Rodrigo Abdala siempre sí se interesaron por ser candidatos, uno hasta pinto bardas con el asunto ese de «si te preguntan en la escuela, José Juan es la respuesta», sólo uno se mantuvo observando cómo se acomodaban las piezas, no se precipitó y se dedicó a su encargo en el Senado. Para cuando el TEPJF dictó sentencia y ratificó a Martha Erika, los tres mencionados líneas arriba se pusieron rojos de vergüenza, pues sólo mostraron su ambición por el poder, en caso de que los magistrados hubieran anulado la elección, sería Barbosa el indicado a repetir la candidatura, pues fue su campaña, sus estructuras y sobre todo su defensa lo que llevó la elección al tribunal, José Juan, Gabriel y Rodrigo ya querían cosechar cada quien en lo particular lo que se hubiera logrado por Barbosa, pero no sé logro nada.

Hoy curiosamente, el que guardó silencio, opinó poco y siguió trabajando políticamente tal vez para el 2024 es quien se perfila de forma natural para ocupar la candidatura de MORENA y gubernatura, nos referimos a Alejandro Armenta Mier, actual Senador de la República por MORENA y quien obtuvo inclusive más votación que Barbosa. Lo único que mostró fue su talento para el oficio político, es viejo lobo de mar en esos andares, aunado a que casi de forma general, los partidos lo ven con agrado, al menos PRI y PAN que son los partidos con verdadera estructura electoral saben que él sí presentaría batalla en la contienda, sumado a que esos partidos lo conocen bien y son sabedores que la militancia al menos casi total del PRI lo apoyaría y una fracción considerable de panistas también lo haría y ni que decir de MORENA, base y grupos están con él.

Quien lo conoce sabe que es el único que dio la cara tras la derrota de Blanca Alcalá, recorrió el estado para agradecer a los priístas por apoyar a la candidata, una vez ganado el espacio en el Senado, repitió el recorrido y nuevamente agradeció el apoyo para él y para Andrés Manuel, acciones que pueden ser simples, pero dictan mucho sobre la calidad de un practicante justamente de política.

Mientras Barbosa y demás aspirantes traen una laja de no aceptación a cuestas, Alejandro se muestra como el favorito por la base morenista y como ya se refirió, las bases de otros partidos, así como organizaciones y grupos de la sociedad poblana, eso, estimado lector, lo convierte ipso facto en el candidato natural de la población para ocupar el lugar que hoy está en pugna, la gubernatura de Puebla.