Los vemos a diario, parados en una esquina, abordo de una patrulla, recorriendo las calles, bajo el sol o la lluvia, muchos los saludan, muchos los desprecian, se distinguen mayoritariamente por sonreír al saludarlos, son los policías, los más cercanos a la población son los municipales, curiosamente son los más desprotegidos por los gobiernos. Para muchos son innecesarios hasta que se presenta una situación que requiere su presencia, entonces sí, los que los tachan de innecesarios agradecen que allí estén, otros incluso se molestan porque «tardan» en llegar.

Muy poca gente alcanza a entender la función principal de un policía municipal preventivo y está justo es su designación, preventivo. Este servicio de seguridad pública se encarga de prevenir, no son investigadores ni ejecutores de mandatos judiciales, su misión es disuadir a la delincuencia, para eso fue creada esa figura de autoridad en el país.

No obstante, dentro de sus responsabilidades también se encuentran coadyuvar con otros cuerpos de seguridad, ya sea para resguardar el traslado de valores públicos o auxiliar a las policías investigadoras y ejecutoras de órdenes judiciales en la ejecución de las mismas. También ejecutan labores de seguridad en instalaciones en dónde se realizan diversas actividades y/o se concentran grandes grupos de personas, en fin, se ocupan para muchos servicios.

Un policía municipal depende muchísimo del conocimiento de sus mandos, aunque existe una academia de policía en cada estado del país, sólo acuden a ella los elementos que formarán parte de las policías estatales o municipales de municipios muy grandes, curiosamente los municipios considerados como chicos en el país son mucho más y sus policías no pueden acudir a recibir instrucción a las academias, ya sea por falta de recursos económicos en el ayuntamiento o por mero desinterés del presidente municipal, recordemos que al menos en Puebla, la Ley Orgánica Municipal otorga el mando de la policía al Presidente Municipal, este mismo designa directamente al Director o Comandante de la policía, aquí es donde coloquialmente se dice, la puerca torció el rabo.

Muchos de los Directores o Comandantes de policía municipal no cuentan con los mínimos conocimientos en seguridad, estrategia y armamento, pues no era su trabajo hasta antes de ser nombrados jefes de policía, vamos, como se dice también coloquialmente en las filas militares y policiales, no se saben ni parar firmes y ya son comandantes.

Un cuerpo de policía requiere mandos con conocimiento y experiencia, dentro de las filas se encuentran elementos que ya sirvieron en las fuerzas armadas, en policías estatales o municipales, con cursos en el manejo del material que emplean para su servicio, con experiencia en aseguramientos, intervenciones, capacitación en leyes etc. Pero lamentablemente no son considerados para ejercer el mando porque no ayudaron en la campaña del Presidente o porque no existe un servicio policial de carrera en la mayoría de policías municipales del país.

Las carencias para un policía municipal son bastantes, en primera instancia carecen de seguridad social, cursos y doctrina, armamento, munición y en muchos lugares hasta de uniformes, sus sueldos no son por nada decorosos en la mayoría del país, por esas carencias y por el nulo espíritu de cuerpo del Director o Comandante, sufren abusos, vejaciones y hasta acoso sexual. Incluso, si se atreven a denunciar esas acciones en su contra con el Presidente, pueden perder el trabajo.

El arresto dentro de la corporación en una medida disciplinaria, la cual debe estar establecida y regulada por un reglamento interno, autorizado por el cabildo y fundamentado en derechos humanos, para ser objeto de un arresto se debe infringir un artículo u ordenamiento del reglamento, del cual también debe tener conocimiento el Consejo Municipal de Seguridad Pública, lamentablemente, al contar con mandos que desconocen los mecanismos de función de un cuerpo de seguridad, incurren no en faltas, incurren en delitos, pues nadie puede ser privado de su libertad sin motivo que esté legalmente establecido, un arresto a un policía sin fundamento ni reglamento es una privación ilegal de la libertad.

Los vemos a diario, sabemos que si se requiere su presencia ellos llegarán, pero no se conocen las condiciones en las que trabajan, las carencias que tienen, la población muchas veces se olvidan que ellos también son personas, con necesidades similares a las de todos y que aún así, muchos están dispuestos a ofrendar su vida por el bien de la misma población.

En aproximadamente dos meses se realizará el cambio de gobiernos municipales en Puebla, muchos de los policías que vemos hoy recorriendo las calles, los veremos sin trabajo al cambio de las administraciones locales.