En Tlatlauquitepec, el Pueblo Mágico de la Sierra Nororiente, el que recibe una participación económica muy interesante de los gobiernos Federal y Estatal, el que recibe una participación muy considerable cada año por ser mágico, el pueblo del que estamos orgullosos y nos sentíamos muy alegres, hoy nos duele.

Nos duele porque antes, de cuatro años para atrás, la llegada de estas fechas era sinónimo de algarabía, verbena popular, buen comercio, reuniones familiares, buen entretenimiento, entre otras muchas cosas, todos sabíamos que pasando las fechas del olor a pozole, se empezaba a oler el atole y los tamales.

Con júbilo se reunía la gente para la elección de la reina, era un certamen digno y de alto nivel, pues las mujeres de Tlatlauquitepec son muy bellas, las candidatas, desde siempre han sido las representantes directas de esa belleza, tanto física como espiritual, siempre ataviadas con hermosos vestidos para dejar en claro que aquí las mujeres son hermosas, de hecho, estos últimos años, las candidatas han resaltado por su simpatía y belleza, la culpa del fracaso de las ferias no es de ellas, al contrario, han sido salvadoras de estos eventos.

Cada año los comerciantes esperaban esta feria, pues eran fechas de buenas ventas, de contratar personal, comprar más producto, eran días de abrir más temprano y cerrar más tarde, ahora son fechas comunes, el único cambio que hay en el comercio es el obstaculizado de los locales con un manteado blanco.

Qué tiempos aquellos en los que la población esperaba la feria, cuando las familias y amigos se reunían desde la coronación para apoyar a su candidata, cuando los que andaban fuera del pueblo venían para estar con la familia, disfrutar un buen espectáculo, digno de la ocasión y esperar la hora del grito, para después disfrutar la verbena con unas deliciosas garnachas, tostadas, patitas de puerco o unos buñuelos, al tiempo que los niños corrían, jugaban y gritaban de emoción en los juegos mecánicos. 

Qué recuerdos cuando la gente esperaba la hora para ver salir al presidente en turno y acompañarlo en las arengas dirigidas a los héroes y a la nación misma. Hoy, desde hace 4 años, eso va a la baja, la gente sigue saliendo, sigue disfrutando, pero no como antaño, antes se le perdonaban algunos errores a la autoridad, ahora no, aún asiste gente al grito, pero es más por un sentimiento de mexicanidad, mas no de aprobación a quien lo da, ahora hasta chiflidos hay, cada año es menos gente y por ende, se notan los ánimos hacia quien gobierna.

Todos conservamos la esperanza que en el 2019 esto cambie, no en el 2018, sino hasta el otro año, el motivo ya todos lo saben. Pero, aun así disfrutemos con gusto lo que nos ofrecen los comerciantes, hasta los eventos, pues estos son cubiertos con recursos públicos y eso es algo que por lo menos debemos aprovechar. Las ferias han sido con el recurso del pueblo, no con el de alguien en específico y ese gusto no nos lo van a quitar, pues es nuestra y la pagamos entre todos.