Nuestra hermosa sierra nororiente poblana siempre tiene alguna historia que contar, algo que ofrecer y sobre todo algo que admirar, esa es parte de nuestra historia, presente y futuro.

Cuenta una leyenda que en una de las embarcaciones provenientes de España, allá por el siglo XVIII, la imagen de Nuestra Señora del Carmen era transportada con suma delicadeza y con un altísimo costo en cuidados. Los que son marineros bien saben que el mar es un medio totalmente impredecible, aunado a la ya vieja flota de barcos que servían por décadas a la Corona y Religión, la falta de instrumentos de medición climatológicas y el nulo conocimiento de las corrientes de agua tan cambiantes, el barco en el que se transportaban armas, víveres, enceres en general y la imagen religiosa se fue a pique.

Barco y tripulación cayeron en desgracia, al tiempo que la obra viva del barco se hacia mas grande hasta alcanzar la cubierta, el barco se hundía, con el se iban los sueños de volver a casa de los marineros y misioneros, telas finas y diversos artículos se precipitaban al fondo del mar para recibir sepultura eterna, con estos artículos y esperanzas iba la imagen.

Mas de pronto uno de los marineros naufragados, dando inmediata respuesta al llamado de su fe, tomó una gran bocanada de aire y se sumergió en la inmensidad del mar, nadó lo mas rápido posible y alcanzó a liberar los amarres de la imagen y hací llevarla a flote mientras esperaba ser rescatado, con un brazo sujetaba la imagen y con el otro sujetaba un madero que le permitió no hundirse por el cansancio y peso de la imagen. Sus camaradas le llamaron héroe, la Religión dijo que era un milagro.

Esta hazaña se le atribuye a un marino de nombre Laurent Graff, pero en aquellas épocas las flotas de la Corona Española eran constantemente atacadas por piratas, uno ellos que incluso llegó a saquear ciudades puerto como Veracruz era Laurent Graff, pirata originario de Holanda mejor conocido como «Lorencillo»; el cual generó grandes perdidas a los Reyes de España, Inglaterra y Francia.

Una vez en tierra, cuenta esta leyenda, el marino Graff llevó la imagen a su destino para ser colocada en el pequeño cerro en donde se comenzó la construcción de la Capilla dedicada a esa advocación de la Virgen María.

Nuestra Señora del Carmen es la poseedora de la única Capilla o Santuario en toda América Latina que cuenta con cuatro torres idénticas, así como ser uno de los espacios católicos teziutecos que desde sus alturas se puede apreciar la majestuosidad de la sierra nororiente, teniendo solo como obstáculo visual el cerro de Chignautla.

Nuestra Señora del Carmen; antesala de los matices serranos de La Ruleta.