[sg_popup id=»5″ event=»onload»][/sg_popup]Tlatlauquitepec está próximo a cumplir 5 años de haber recibido el nombramiento que le otorga la categoría de pueblo mágico, esto es algo que debe llenar de orgullo a su población en general, en teoría, este nombramiento debe elevar la calidad de vida, el ingreso familiar y por ende, el nivel socioeconómico del municipio, pero la percepción de la población en general es contraria.

La República Mexicana está conformada por un total de 2,446 municipios, sin contar las delegaciones de la Ciudad de México, el programa de pueblos mágicos de la SECTUR, hasta hoy, solo tiene nombrados como pueblos mágicos un total de 111 municipios en todo el territorio nacional. El Estado de Puebla está conformado por 217 municipios, de los cuales, 9 cuentan con el codiciado nombramiento.

Pero, ¿por qué la gente tiene una percepción contraria a los beneficios que trae ser pueblo mágico?

Mucha gente coincide en que Tlatlauquitepec fue nombrado al vapor, rápido, pasando por alto muchas cláusulas de la normativa, hay quienes opinan que fue un favor del ex presidente Calderón para el ex gobernador Moreno Valle, pero también hay quienes no creemos esas opiniones, que lamentablemente son mayoritarias.

Tlatlauquitepec no es mágico por una obra incompleta de remodelación o cambio de imagen urbana, es mágico por su importancia en la historia de México, por su cultura, climas, flora, fauna, arquitectura, leyendas y muchas cosas más que tuvo que aprobar para recibir la distinción.

La mala percepción es más por la falta de concientización que se debió dar por el municipio antes de iniciar los trabajos de imagen del centro de la cabecera municipal, se ofreció a la población algo que no se puede generar más que con el tiempo y trabajo, se ilusionó a los comerciantes y prestadores de servicios con grandes multitudes de turistas una vez que se recibiera el título.

El gobierno municipal de aquel entonces, no supo orientar a la población sobre los beneficios que conlleva un título de esa magnitud y que se logran con tiempo y mucho trabajo, aunado a las falsas promesas de grandes ingresos económicos a toda la población, está responde ahora con desinterés al título y añora aquellos tiempos en que no se era mágico.

Otras situaciones que afectan muchísimo a Tlatlauquitepec, son la falta de atención y comunicación por parte del área municipal responsable hacia los prestadores de servicios, el favoritismo hacia algunos negocios y el desprecio hacia otros, ocasiona que quienes apostaron su inversión al turismo, ahora luchen por seguir dando a conocer lo que este pueblo mágico tiene para ofrecer, pero sin el apoyo de la autoridad local, algo que debe ser una obligación, no una opción.

La gente común, la que cree no tener beneficio del turismo, o sea, la mayoría de la población, no tiene información suficiente sobre cómo llegan los beneficios, pues otra vez nos encontramos con el desinterés de la autoridad local para crear comunicación que informe al ciudadano y le indique cómo se crea el beneficio colectivo por la derrama económica.

Algo tan sencillo de dar a conocer, es una cadena de trabajo que funciona así:

El prestador de servicios turísticos debe ofrecer calidad en su producto al turista, el turista consume ese servicio y producto, para que el prestador de servicios cubra las necesidades del visutante, debe consumir productos comestibles y enceres en general a los comerciantes no ligados directamente al turista, pero si al pueblo, los comerciantes al recibir más demanda de sus productos, hacen lo mismo con quienes les abastecen, por ende, se genera más carga de trabajo que desemboca en la creación de nuevos empleos, los cuales benefician a las familias tlatlauquenses.

Lo mismo sucede para quienes se dedican al transporte, pues usualmente los turistas buscan quien cubra su necesidad de traslado a los diferentes puntos de esparcimiento en el municipio. El gobierno solo debe enfocarse a tres actividades principales en este rubro, la primera es garantizar la seguridad de turistas y pobladores, la segunda es ofrecer la cartera completa de quienes prestan servicios al turismo y dar la opción al visitante de elegir, así como dar atención de calidad y la tercera es estar abierto a escuchar, pero sobre todo, apoyar y colaborar con los prestadores de servicios para que juntos elaboren estrategias que permitan más afluencia turística en el municipio.

En resumen, mientras el gobierno municipal no asuma su responsabilidad de forma neutral, no realice campañas de concientización, no impulse la mano de obra artesanal, no haga las inversiones necesarias para facilitar el acceso y creación de infraestructura turística y mientras no trabaje con quienes brindan servicios turísticos, la percepción general seguirá siendo la misma, pues mientras no se vea reflejado el título en el bolsillo del pueblo, Tlatlauquitepec no será un pueblo mágico completo y seguirá siendo incomprendido.