La administración del presidente municipal Margarito Rojas ha demostrado una alarmante ineficiencia en materia de seguridad pública y atención de emergencias, afectando gravemente a la población.

Diariamente, comercios y ciudadanos son víctimas de robos menores sin que exista una respuesta efectiva por parte de los cuerpos de seguridad. La policía municipal se muestra lenta ante los llamados de auxilio, y los patrulleros carecen del conocimiento necesario para operar correctamente sus unidades y aplicar los códigos de emergencia. Así se evidenció en días pasados en redes sociales, cuando un patrullero realizó una vuelta prohibida, en la que por cuidado de los automovilistas, no hubo un accidente.

A esta inoperancia se suma el acoso constante de los elementos de tránsito, quienes parecen más enfocados en generar infracciones que en garantizar el orden vial.

La falta de iluminación pública en múltiples calles ha convertido varias zonas en terrenos fértiles para la delincuencia, mientras que la ausencia de presencia policial en la mayoría de las comunidades deja a los habitantes en total estado de indefensión.

En cuanto a los servicios de emergencia, la situación es igualmente crítica. La falta de ambulancias ha llevado a que los ciudadanos tengan que depender de paramédicos de otros municipios o incluso trasladar a sus seres queridos en vehículos particulares. Un caso reciente y lamentable es el de una mujer que perdió la vida debido a la desatención del alcalde en mejorar el servicio de emergencias, reflejando el abandono en el que ha sumido a sus paisanos.

Es urgente que la administración de Margarito Rojas asuma su responsabilidad y garantice condiciones de seguridad y servicios dignos para la población antes de que la crisis escale aún más.