El pasado Domingo 02 del mes en curso, los poblanos acudimos a las urnas para votar por el candidato acorde a nuestros intereses sociales, como ya es bien conocido, ganó Miguel Barbosa, quien participó como abanderando de la coalición conformada por MORENA, PT y PVEM, la cual se denominó «Juntos haremos historia», mismo título que la que llevó a AMLO a la Presidencia de la República.

Zaragoza es gobernado por un ciudadano emanado de las filas del Verde Ecologista, el cual superó a sus oponentes por un amplio margen. «Arrasamos», decía después de la elección el entonces candidato ganador. Pero tan sólo en once meses la popularidad del referido personaje cayó precipitadamente, pues en la elección extraordinaria pasada, los electores de Zaragoza mandaron al tercer lugar en la preferencia electoral hacia su alcalde, sus colaboradores y gobierno en general.

Barbosa ganó por la coalición, si la contienda hubiera sido con un candidato por partido, o sea, sin coaliciones, el PAN hubiera ganado, pero el hubiera no existe, ganó Barbosa y desde aquí lo felicitamos. En el caso de Zaragoza, en votos por partido, sus habitantes le dieron la preferencia al PRI, dejando a MORENA en segundo lugar y más abajo, casi en dos a uno, quedó el Verde Ecologista.

Las elecciones son una encuesta para aprobar o desaprobar a los que están en funciones de gobierno y en Zaragoza, de 4081 personas que acudieron a sufragar su voto, sólo 693 le dieron nuevamente la confianza al alcalde, mientras que 3,388 lo reprobaron, dando su confianza mayoritariamente al PRI de Rigomar Martínez Morales y a los diferentes grupos de MORENA que operan en el municipio.

Los resultados de la elección a nivel municipal son el reflejo del trabajo de su autoridad y la percepción que tienen los gobernados hacia su gobierno, Zaragoza tiene una población nada fácil de convencer políticamente, ellos no tienen miedo alguno a quitar o poner gobernantes, así como también es un pueblo analista, por esa razón es que en una elección le dan el control a uno y en la siguiente a otro, vamos, no son tibios, son firmes y no olvidan rápido, pero también saben reconocer quienes sí funcionaron como gobierno y quienes no y en su preferencia electoral se ve con quién están.